Dajabón.- El sacerdote jesuita Regino Martínez, coordinador de Solidaridad Fronteriza en Dajabón, propuso con urgencia una reunión entre las autoridades dominicanas y haitianas para acordar la celebración del mercado binacional.
Martínez entiende que esa reunión debe producirse, debido a una necesidad de la relación binacional que se da entre ambos países, principalmente entre las ciudades de Juana Méndez (Haití) y Dajabón.
Para el jesuita, una de las fallas del montaje del suspendido intercambio comercial de los lunes y viernes, por este lado de Dajabón y Juan Méndez, ha sido el hecho de que no se haya creado un marco jurídico que ordenara las relaciones con un reglamento comercial adecuado.
Asimismo, advirtió que a 23 años de la realización del mercado no se han proporcionado las estructuras ni creado las infraestructuras que viabilicen la celebración de la actividad comercial.
Cree que con la actuación de las autoridades de ambos países se generan dos males que son la revancha y violencia entre los grupos que participan del provecho de la negociación.
Sin embargo, Regino Martínez mencionó varios puntos que a su entender lesionan un buen tránsito migratorio como lo es la exigencia a los haitianos de un pase y visa para acudir a vender al mercado.
Otro es que las autoridades haitianas no permiten abrir el puente nuevo, en tanto a sus compatriotas no se les deja vender sus productos para comprar los que necesitan como sustento familiar.
Además del transporte internacional que hace Caribe Tours, el pueblo haitiano pide de las autoridades dominicanas levanten la entrada de productos que ofertan en mercado, reaccionando contra los poderosos nacionales haitianos que compran en los grandes centros comerciales harina, aceite, cemento, madera y varilla y otros.
Indicó que esos productos son distribuidos por poderosos haitianos a distintos Departamentos del norte de Haití, y que ha habido intento de parte de haitianos de quemar a muchas de las patanas y camiones que transportan los mismos.
Regino Martínez plantea la necesidad de que las autoridades dominicanas y haitianas encuentren un consenso único para el manejo del cólera y un control para realizar el mercado binacional.
También recordó que hay un mismo parecer, en cuanto a que el cólera acaba con la vida, al igual lo hace también el hambre con los seres humanos, sobre todo los más empobrecidos.
“Necesitamos discusiones de vida, con sentido de humanidad; y que se hagan las ampliaciones y terminen la construcción del nuevo mercado”, concluyó el padre Jesuíta.
