Finalmente, al parecer la gravedad que ha alcanzado la crisis –porque de eso es en realidad de lo que se trata- del desayuno escolar, ha provocado que el presidente Leonel Fernández tomara directamente cartas en el asunto.
La evidente preocupación del mandatario se puso de manifiesto en sus declaraciones a la prensa este viernes, cuando expresó que los organismos de inteligencia del Estado dominicano tienen evidencias de “acciones externas irregulares provenientes de gente que tiene intereses” en el desayuno escolar.
Con esto, se confirman las sospechas de que los casos de intoxicación de estudiantes con el desayuno escolar han sido el resultado de sabotajes y no la consecuencia del mal manejo o de la escasa calidad del alimento que se ha estado distribuyendo en las escuelas del país.
Asimismo, y aunque el Presidente de la República prometió que se aplicará todo el peso de la ley si se comprueba que han habido “manos criminales” detrás de estos lamentables sucesos, también debe brindar garantías de que tales incidentes no han de repetirse en el futuro, para la seguridad de los niños y niñas en las escuelas públicas, que necesitan el desayuno escolar para un mejor desempeño en el proceso de aprendizaje.
Por lo tanto, con el objetivo de asegurar la calidad del desayuno escolar, ahora, quizás, ha llegado el momento de que el gobierno del presidente Fernández se decida a invertir para dotar al Ministerio de Educación con al menos un moderno laboratorio que disponga de todos los elementos técnicos necesarios para evaluar si esos alimentos están en verdad aptos para el consumo.
El desayuno escolar es una excelente iniciativa de índole social que no debe ser empañada por la ambición criminal de unos cuantos que han puesto su interés personal por encima del bienestar del pueblo, y en especial, de la niñez dominicana.