Una idea tardía

Hasta hace muy poco, el Gobierno Central no tomaba a casi nadie en cuenta para la formulación de sus políticas. Por otra parte, si aparentaba hacerlo, como sucedió con la más reciente reforma de la Constitución de la República, esos criterios bien pronto se diluían en el diseño y proyección de las propias estrategias oficialistas.

Con respecto a las tácticas contra la criminalidad sucedía algo similar. Las propuestas preventivas eran en su mayoría ignoradas, mientras que se priorizaba la represión y la mano dura.

Ahora, cuando esos métodos demuestran ser infructuosos, y ante la virtualmente indetenible ola de violencia que arropa al país, el procurador fiscal del Distrito Nacional, Alejandro Moscoso Segarra, presenta la excelente, pero algo tardía idea de ampliar el Consejo de Seguridad Ciudadana, que según el decreto 319-06 del 31 de julio de 2006, está integrado por el Secretario de Estado de Interior y Policía, quien lo coordinará; el Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, el Procurador General de la República, el Jefe de la Policía Nacional, el Director Nacional de Investigaciones, el Director Nacional de Control de Drogas, el Presidente del Consejo Nacional de Drogas y el Asesor del Poder Ejecutivo para Programas de Luchas contra Narcotráfico.

La actual propuesta del Fiscal del Distrito Nacional le daría luz verde para integrarse a formulación de políticas contra la criminalidad a universidades, iglesias, clubes, a los titulares de las procuradurías fiscales de todo el país, la Policía Nacional, en toda su extensión, sin limitarse únicamente al despacho del Jefe de la PN; así como a las instituciones que laboran en la prevención del consumo y tráfico de drogas, a través de la educación y el deporte.

Lo lamentable es que todas esas instituciones que ahora cita el doctor Moscoso Segarra debían haber estado en el Consejo de Seguridad Ciudadana desde su misma concepción, para evitar, por ejemplo, que programas tan loables como el Seguridad Ciudadana dependan en exclusiva de los planes y recursos del Ministerio de Interior y Policía.

Es indiscutible que el crimen organizado está permeando cada vez más nuestras instituciones. Ahora la cuestión está en que la sociedad dominicana -en pleno- sepa y pueda organizarse a su vez para combatir eficientemente la delincuencia, el narcotráfico y la violencia.

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