Naciones Unidas (EFE).- Los países ricos evitarán sufrir una pérdida de población de aquí al 2050 gracias a las decenas de millones de emigrantes que recibirán de las regiones más pobres del planeta, según un informe divulgado hoy por la ONU.
El estudio, elaborado por la división de Población del Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de la ONU (DESA), actualiza con cifras del 2008 las tendencias demográficas a nivel mundial para servir de indicador a los análisis que realizan las diversas agencias del organismo mundial.
Los autores del documento, de 57 páginas, confirman las proyecciones realizadas hace dos años por la ONU de que la población mundial sobrepasará los 9.000 millones en el 2050 y que alcanzará los 7.000 millones en el 2012, un aumento de 200 millones con respecto a los 6.800 millones de habitantes que tiene hoy la Tierra.
La mayor parte de los 2.300 millones de residentes adicionales que tendrá el planeta en el 2050 provendrá de los países en desarrollo, en los que la población pasará de 5.600 millones en 2009 a 7.900 millones, de acuerdo con el informe.
En contraste, la población del mundo desarrollado experimentará un ligero crecimiento, de los actuales 1.230 millones a 1.280 millones, que las Naciones Unidas atribuye a la emigración.
El documento asegura que, de no ser por la media anual de 2,4 millones de personas que emigran a las naciones ricas, la población de esos países más industrializados decaería a 1.150 millones para 2050.
"El que no decline la población en el mundo desarrollado dependerá de que continúe la emigración", afirmó en la presentación del informe la directora del departamento de Población de la ONU, la mexicana Hania Zlotnik.
La baja tasa de natalidad en esos países ricos se traduce, según el texto, en que sus niños solamente representan el 17 por ciento de la población total y los jóvenes el 13 por ciento.
De cara al futuro, esa misma población infantil se mantendrá estable, en unos 200 millones, mientras que la juventud se reducirá de los 160 millones actuales a 134 millones en el 2050.
Por otro lado, las naciones en desarrollo afrontan el reto de proporcionar empleo a una población laboral de entre 25 y 59 años que ha alcanzado los 2.500 millones y seguirá creciendo a lo largo de las próximas décadas.
"Lo que nos vamos a encontrar es un baby boom de personas que necesitan encontrar un trabajo en medio de una crisis mundial", apuntó en la presentación del informe el responsable de la división de proyecciones del departamento de Población de la ONU, Gerhard Heilig.
A ello se suma que la población infantil y juvenil en esas regiones del mundo alcanza actualmente sus máximos históricos, con 1.700 millones de niños y 1.100 millones de jóvenes.
Los menores de 15 años representan el 29 por ciento de la población total de los países pobres y los jóvenes de entre 15 y 24 años el 19 por ciento.
Esta enorme población joven conducirá a que las naciones en desarrollo cuenten en el 2050 con una población en plena edad laboral de 3.600 millones, que en la siguiente década aumentará en otros 500 millones.
El otro reto que advierte el estudio es el crecimiento de la población mayor de 60 años, tanto en el mundo desarrollado como en las regiones más pobres.
La ONU señala que en los países más industrializados la población mayor de 60 años alcanzará los 416 millones en 2050, mientras que en los menos desarrollados sumarán 1.600 millones.
El documento advierte que sus proyecciones demográficas parten de la base de que la fertilidad en el mundo en desarrollo seguirá descendiendo en los próximos años, de manera que en las naciones más pobres pasará de 4,39 hijos por mujer a 2,41.
Zlotnik indicó que de no materializarse estas reducciones en la fertilidad, la población mundial se dispararía a los 10.500 millones en 2050.
Al mismo tiempo, si la fertilidad fuera más baja de la esperada, la población mundial podría quedarse en ese mismo año en 8.000 millones.
"En los países más desarrollados los índices de fertilidad se han ido reduciendo a lo largo de los últimos 100 años, pero en el mundo en desarrollo la tendencia a la baja no se inició hasta la década de los sesenta y a un ritmo lento", apuntó.
Otro factor que podría alterar las proyecciones sería un retroceso en la lucha contra la epidemia de VIH/sida en los países más pobres del planeta, en los que la incidencia de la enfermedad es más alta.
El mayor acceso de que disponen los afectados al tratamiento de antiretrovirales respecto a años pasados llevó a los expertos de la ONU a reducir en 30 millones la proyección de muertes a causa del sida entre 2005 y 2020.