El gobierno dominicano, a través de varias instituciones celebró con rimbombantes actos el día nacional del envejeciente. Muchas fiestas, regalos, besos y abrazos para los viejitos, pero mi papá don Aquino Herasme, el que verdaderamente le duele a nuestra familia, continúa esperando del Estado su mano solidaria.
Aquino le ha trabajado al estado desde el año 1943 hasta la fecha y aún lo continúa haciendo.
Con 90 años de edad cumplidos y 67 de forma ininterrumpida, el señor Herasme le entregó al Estado su fuerza de trabajo de juventud y su intelecto y hoy no aparece un organismo que se conduele de mi padre y le encamine a conseguir una digna pensión que le permita retirarse a su casa a vivir los últimos años que le restan.
Todavía don Aquino labora en el departamento de servicios generales de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre, cuyo personal susurra sorprendido, porque no percibe que todavía ese envejeciente no esté pensionado.
Quién puede creer que el estado dominicano celebra con sinceridad el día del envejeciente, cuando con don Aquino actúa con injusticia al negarle lo que réquete se ha ganado.
Si desde el año 1991, el 1 de octubre de cada año se celebra el Día de la persona envejeciente, con el propósito de reconocer su contribución a la familia y a la sociedad, por qué no reconocen en vida a mi papá.
La fecha es propicia para exhortar a los gobiernos, a los organismos internacionales y a las instituciones, así como a las personas físicas, a que celebren actividades en las cuales se resalte el valor de las personas mayores, cuya población se calcula de 600 millones en el mundo.
Mi papá no quiere fiestas con maraca y pandero, ni besos ni abrazos, ni leer una salutación del presidente en un diario nacional, no señor, es la pensión que hace rato se ganó en el fragor del día a día a fuerza de luchas y sacrificios.
El caso de don Aquino Herasme es un problema que le compete a la humanidad.
Cada día se hace más prioritario brindar protección a las personas de edad avanzada, porque tienen derechos y además porque la mayoría de ellos rinde aportes significativos al país.
Existe el CONAPE (Consejo Nacional de la Persona Envejeciente), que como organismo rector fue creado por una ley para la protección de los viejitos y lo que tiene que ver con ellos.
Nuestro papá ya no puede más, por lo que él mismo, de manera personal solicita una pensión honorable para retirarse a su hogar. Don Aquino Herasme es un hijo legítimo de las tierras del suroeste, a la que entregó su esfuerzo y sacrificio.
En el año 2006, fue condecorado por el presidente de la República, doctor Leonel Fernández, con la Medalla “Al Mérito”, en franco reconocimiento a su más de 60 años como servidor del Estado.
Don Aquino comenzó a servirle a la nación justamente, cuando fue creada la provincia Bahoruco.
Con apenas 23 años de edad, fue nombrado alguacil de estrado, luego elevado al cargo de director de la escuela primaria de la sección Boca de Cachón, perteneciente al Distrito Escolar de Jimaní donde, por sus aportes a la educación, fue condecorado por el licenciado Víctor Garrido Puello, a la sazón secretario de Estado de Educación, quien le otorgó el premio “Sarmiento”.