Vivimos tiempos de temporadas ciclónicas y los sistemas de bajas presiones mantienen alertas a los especialistas en fenómenos meteorológicos, por lo que la población dominicana no puede estarlo menos.
El país en general debe prestar atención a las notas emitidas por la Oficina
Nacional de Meteorología (ONAMET), acerca de las condiciones atmosféricas que producirán aguaceros y vaguadas en las regiones Noreste, Sureste, Suroeste y
Cordillera Central, sin restar importancia a la alerta verde emitida por el
Comité de Emergencias (COI), en la costa atlántica, afectada por oleajes extraordinarios debido a la tormenta tropical Otto.
No vamos a recordar el pésimo estado de los tragantes, alcantarillados y la manera en que calles y avenidas sin distinción, se convierten en lagunas profundas que impiden el tránsito vehicular. Mejor pensar en las medidas preventivas que cada quien, desde su hogar y en el entorno, debe asumir cuanto antes.
Lo principal es estar al tanto de las informaciones que se exponen en los medios de comunicación sobre el desarrollo y evolución de los aguaceros que perseguirán debido a la vaguada, acompañada, además, por tormentas eléctricas y ráfagas de viento.
Sin alarmas, pero sí alertas, las zonas más vulnerables adoptarán las medidas de prevención requeridas para enfrentar estos fenómenos que, aunque este año han sido benévolos con el territorio dominicano, no se puede confiar demasiado en la suerte.
Las personas residentes cerca de los ríos, arroyos y cañadas en diferentes provincias, deben tener muy en cuenta el inminente peligro de las inundaciones urbanas y rurales.
Muchas remembranzas han dejado tras sí las tormentas que han azotado al país y el dolor irreparable de las pérdidas humanas. Cualquier medida es pequeña cuando de proteger a las familias se trata.