En el debate convocado por la Cátedra UNESCO para discutir el tema “Garantías de la libertad de expresión a la luz de la legislación de prensa”, tomó fuerza en las intervenciones el concepto de "información veraz", sobre la cual el comisionado Rafael Núñez Grassals apuntó con juicio y lógica que toda información es veraz o no es información.
Claro que el o la periodista es totalmente responsable del contenido que publica y el equilibrio al derecho de la información pública no puede tocar la integridad y dignidad individual. Lo cual está implícito en el contenido ético del oficio.
En días pasados, la Asamblea Revisora de la Constitución aprobó el artículo 21 de la reforma constitucional sobre la libertad de expresión e información y dejó fuera el concepto de "información veraz", con 124 votos a favor y 38 en contra.
Sobre todo, directores de medios de comunicación y otros sectores de la sociedad rechazaron el término “veraz”, en la medida en que “buscaba imponer una censura previa al oficio del periodismo, práctica eliminada desde la época de la dictadura”.
La Constitución de la República enuncia: “Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, por cualquier medio, sin que pueda establecerse censura previa”. También expone: “Todos los medios de información tienen libre acceso a las fuentes noticiosas oficiales y privadas de interés público de conformidad con la ley”
En momentos en los cuales se discute en el país el contenido de cinco anteproyectos de ley destinados a modificar la legislación son muchas las aristas que recubren el tema. Que la República Dominicana se encuentre entre las naciones “más comunicadas” y posea “una cultura de acceso a la información” resulta irrelevante en la medida en que la cantidad de medios no garantiza la democracia.
Por lo tanto, la era de la Internet sigue siendo un reto ineludible y las modificaciones en materia de regulación de los medios y de la libertad de expresión tienen demasiadas aristas en las cuales deben involucrarse los distintos actores sociales.
Aún cuando en los debates prime el criterio de que nunca el derecho a la libre expresión puede tener limitaciones, la verdad es que la propia Ley presenta “debilidades constitucionales”, en cuanto al acceso a la información pública y un periodista no deberá nunca redactar informaciones no comprobadas, ni incompletas, porque su veracidad es el escudo ético en el ejercicio periodístico.