La llamada revolución global de la información o nuevo canal de comunicación permite la rápida difusión de las ideas.
Es el instrumento de la época para informarse, comentar y difundir documentos, fotografías y videos.
Vivimos el momento de la multimedia donde el Internet traza la línea a seguir para transitar por la amplia avenida de la comunicación.
El periodismo de papel es algo que muere poco a poco pasando a ser algo del pasado. Para no perecer los periódicos, las revistas y otros medios se están ajustando al ciber periodismo.
Especialistas de la comunicación global plantean el inicio de la evolución digital donde el controlador oficial no existe, sino ordenadores.
En el libro –ciber periodismo de Jesús Flores Vivar y Alberto Miguel Arruti, que al cierre de esa obra se estima que por Internet o la superautopista de la información, 140 millones de usuarios crecen a un ritmo de un 20 por ciento sobre la base total, pero cada mes. En la actualidad tiene presencia en más de 120 países.
Esta proyección va en aumento día a día y se puede decir que predomina el ciber mundo de la información donde se creía que la censura jamás podía aplicarse. Y no así, en la República Dominicana los llamados periódicos digitales aplican una censura silenciosa e invisible.
La misma se aplica de la siguiente manera: cuando un periodista o una persona envía un artículo donde se describen los efectos nocivos de la corrupción, el narcotráfico o un tema candente, los llamados directores de esos medios o ordenadores por entrar en la terminología cibernética simple y llanamente no suben el trabajo. Cuando suelen colocarlos, si es que lo hacen, el material es sacado de la página a los dos o tres días con la foto del autor.
Otro método de censura son los llamados hackers o piratas que desvían los artículos, los sacan o llenan de basura la página.
Recientemente, la página de vigilanteinformativo.com sufrió en embate de estos censores que operan en el país u otra parte del mundo. El hacker u ordenador llenó de letras y números el portal. En cuanto a quién escribe mis columnas, que versaron sobre la corrupción y el narcotráfico no duran mucho tiempo porque por arte de magia las desparecen y la foto también. Por suerte en Google suben de inmediato este material salvando algunas columnas. Si se desea comprobar lo que describo váyase a las secciones opinión de las páginas www.elnuevodiario.com, dominicanoshoy.com, diarioantillano.com y almomento.com para que compruebe esto. Todos los articulistas o autores tienen fotos hasta de diez de artículos anteriores sin ser movidos y los míos, una o dos fotos, que es decir la misma cantidad de artículos.
Le confieso que esta práctica molesta y como no censuro ni permito autocensurarme lo escribo y si quieren publiquen esta columna o no ese es su derecho; el mío es defender el derecho a expresarme, opinar y plantear temas sin obstáculos.
La ciber-censura existe, claro, entre un grupito reducido de ordenadores o directores de portales o periódicos digitales.