La mayor parte de los delitos que acontecen en el país lo cometen jóvenes. La violencia en la sociedad dominicana es un problema social y en ese sentido hay que darle un tratamiento acorde. Disímiles trabajos publicados en este mismo multimedios, reflejan lo que tiene lugar en los barrios del país, donde el ocio, la falta de empleos y oportunidades, la ausencia de orientación por parte de las familias, escuelas, de la comunidad misma, desgarran la vida cotidiana con actos delictivos que sumergen a sus calles en temores y crímenes.
Hay que buscar las raíces para tratar el mal desde ahí, asegura el doctor Sergio Sarita Valdez, viceministro de Salud Pública, encargado de la Medicina Forense en la República Dominicana, quien habla con inquietud sobre lo que se observa en Patología Forense, donde existe un incremento preocupante de las defunciones por muertes violentas y, específicamente, los homicidios fluctúan en personas entre los 17 y 29 años, ultimados por armas de fuego y una buena parte en encuentros con la policía.
Casos de individuos descuartizados o decapitados reflejan una dimensión no pensada de lo que acontece. Sarita Valdez indica que tales situaciones, tan crueles, muestran una inhumanización horrenda, muertes con saña, odio, venganzas. Una manera muy determinada de hacer ver “la fuerza” de bandas delictivas y su forma de actuar.
El doctor Sarita tiene razón: no se trata de alarmar, sino de alertar. De ir al fondo del asunto y no seguir por las ramas. “Estamos a tiempo para no llegar a una situación como la de México, el Estado tiene que organizar, modular y aglutinar voluntades en ese plan maestro que enfrente la violencia y esas dolorosas muertes a destiempo”.
No se trata sólo de elevar los índices económicos, sino de repartir con mayor equidad los bienes. Enfrentar el auge de los crímenes resulta imprescindible.
Alcohol y drogas aparecen entre los primeros índices de muertes y le siguen los actos de violencia intrafamiliar. Ante todo esto se requiere de un plan maestro, inmediato, certero y radical.