La captura de líderes de cárteles de las drogas en México pone un punto direccional en el acontecer, no sólo nacional de la hermana tierra azteca, sino de la región y el mundo.
Las líneas de investigaciones mexicanas recuerdan a las que tienen lugar aquí, en la República Dominicana, donde la labor de inteligencia es incuestionable y los capos son señalados, perseguidos y, en algún momento apresados, aunque en casos, muchos puntos quedan sin esclarecer.
El uso de drogas ilegales se incrementó notablemente en el pasado y actual año, según las encuestas y si bien el gobierno mexicano responsabiliza en gran medida a los Estados Unidos, por su participación directa en el consumo y tráfico, aunque se conoce que, por ejemplo, en el caso de la marihuana, esa nación la consume de su propia producción, pues no tiene que llegarles de afuera, lo cierto es que la narco guerra y los consumos ilícitos prosiguen con sus actos de secuestros, tumbes, ajustes de cuentas y hechos de criminalidad en general, donde según datos, nueve de cada diez armas que se ocupan en esta ola de violencia en México, son estadounidenses.
La cocaína, al parecer, ha descendido en su consumo, pero expertos aseguran que este decrecimiento y poca popularidad obedece a la facilidad para conseguirla y hasta la posibilidad de que sea en algún momento liberado su uso, según opinión de algunos.
La pregunta sigue siendo cuán preparada está una población como la nuestra para legalizar estos consumos, porque no se trata sólo de los efectos terapéuticos que puedan poseer algunos de estos productos, sino la manera indiscriminada en que es consumida y las consecuencias que produce familiar y socialmente.