Alemania anunció en junio la propuesta de implementar un impuesto para los viajes de avión, en el marco de un programa con el que busca alternativas para cerrar su déficit presupuestario. Sin embargo, teniendo en cuenta las críticas que generó el proyecto, el gobierno de ese país modificó un poco el plan y ha decidido incrementar el tributo sobre los boletos de los vuelos de larga distancia.
Así, los pasajeros que realizan vuelos largos enfrentan a partir de ahora un impuesto de 45 euros, los de vuelos cortos de 8 euros y los de recorridos medio de 25 euros, dijo el ministro de Finanzas, Wolfgang Schaeuble, añadiendo que el país espera recaudar 1.000 millones de euros al año con ese impuesto.
El plan previo incluía un impuesto de 13 euros para vuelos cortos y de 26 euros para todos los demás vuelos, recuerda la agencia Reuters añadiendo además que el nuevo plan podría golpear con más fuerza a las compañías de recorridos largos, como es el caso de Lufthansa y sus rivales europeos British Airways y Air France-KLM, que ya se han quejado sobre la medida.
"La relación entre la carga tributaria y la distancia recorrida pone una desventaja especialmente en las conexiones globales, que son tan importantes para un país exportador como Alemania", dijo Lufthansa en un comunicado.
De su parte, Air Berlin, la segunda aerolínea más grande de Alemania, que ofrece vuelos principalmente dentro de Europa, también criticó el impuesto.
"Si una familia de cuatro miembros tiene que pagar 120 euros más por unas vacaciones en Egipto, entonces se está poniendo la carga nuevamente sobre la gente común", dijo el presidente ejecutivo de Air Berlin, Joachim Hunold, en una entrevista a Reuters TV.
