NUEVA YORK.- En medio de un periodo de tensiones políticas en la región, Estados Unidos, México y Canadá presentaron el lunes su candidatura conjunta para organizar la Copa Mundial de fútbol de 2026.
Se trata de la primera vez en la historia que tres países se aglutinan con el objetivo de montar una edición del Mundial, uno en el que la FIFA planea expandir a 48 el número de selecciones participantes.
El proyecto cuenta con el apoyo del presidente estadounidense Donald Trump, pese a que lo largo de su campaña tachó a los inmigrantes mexicanos de delincuentes y violadores. Prometió construir un muro a lo largo de la frontera con su vecino del sur y deportar a los inmigrantes sin permiso de residencia. El presidente mexicano Enrique Peña Nieto canceló recientemente un viaje a Washington ante la insistencia de Trump de que su vecino del sur asuma el costo del muro.
Trump ha hablado también de renegociar los vínculos comerciales entre los tres países.
El presidente de la Federación Estadounidense de Fútbol, Sunil Gulati, fue cuestionado sobre Trump.
«Esto algo que se le planteó al presidente», dijo Gulati a reporteros «Y el mensaje que recibimos tras una serie de reuniones y correspondencia escrita fue que el presidente nos animó a seguir adelante con la candidatura conjunta, que la respalda, y que especialmente está muy complacido de que México forme parte».
«No podemos pedir más en ese frente», añadió Gulati.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a un pedido de comentario.
El anuncio fue hecho en una rueda de prensa desde el mirador de la Torre de la Libertad, un símbolo de resistencia y recuperación que se elevó en el lugar de las Torres Gemelas del World Trade Center en el extremo sur de Manhattan.
Gulati, y sus colegas de México, Decio de María, y Canadá, Victor Montagliani, encabezaron la actividad. Montagliani es también el presidente de la CONCACAF.
Trump ha recibido también críticas por un decreto – frenado desde entonces en los estamentos judiciales estadounidenses – que suspende la emisión de visas a ciudadanos de seis países y clausura temporalmente el programa de refugiados, lo que afecta a ciudadanos de Irán, Siria, Somalia, Sudán, Yemen y Libia.
El presidente de la FIFA Gianni Infantino advirtió el mes pasado que «todo equipo –incluyendo los partidarios y los funcionarios de ese equipo– que se clasifique para un Mundial, tiene que tener acceso al país anfitrión, de lo contrario no hay Mundial».
De María resaltó que los tres anfitriones suman más 500 millones de habitantes «llegados de todo el mundo».
«Vamos a invitar a todos para esta gran fiesta…así se construye una bonita historia», añadió.
El plan es de 60 partidos en territorio estadounidense, mientras que México y Canada albergarían 10 duelos cada uno. El torneo se concentraría en Estados Unidos a partir de los cuartos de final.
Sería el primer Mundial en la región desde 1994, cuando el certamen se disputó en nueve sedes de Estados Unidos. México fue anfitrión en 1986 y 1970.
No se anunció cuál de los tres países albergará el partido inaugural. Pero De María confió en que ese duelo se realice en el estadio Azteca de la capital mexicana, como ocurrió en las dos veces anteriores.
«Eso tiene un significado. Si puedes tener el partido inaugural por tercera vez, entrará a la historia», comentó.
De María consideró aceptable la tajada de 10 partidos que tendrá México, aunque anticipó que en su país se sentirán desencantados.
«La respuesta es, desde el punto de vista chusco, que me gusta que los mexicanos seamos golosos», indicó. «Desde el punto de vista real, creo que en el entorno en el que se dieron las cosas es una buen solución
La sede se otorgará en mayo de 2020, en medio de una campaña presidencial en Estados Unidos y en la que Trump buscaría un segundo mandato de cuatro años. De ser reelegido, Trump concluiría su segundo periodo en enero de 2025.
La CONCACAF parte como amplia favorita para 2026, cuando la máxima cita del fútbol se expandirá de 32 países a 48.
Otro factor que inclinaría la balanza a favor de la CONCACAF es que la FIFA descartó el año pasado que Europa y Asia puedan presentar candidaturas para esa edición debido a que esas confederaciones albergarán los dos mundiales previos: Rusia 2018 y Catar 2022.
Se cree que África no cuenta con las condiciones de presentar una candidatura. En cuanto a Sudamérica, la mira estaría puesta en 2030 para realizar un torneo entre Argentina y Uruguay que coincidiría con el centenario de los mundiales.
El mes pasado, la FIFA reveló un plan en el que las plazas de la CONCACAF se duplicarán, de tres a seis. Cada uno de los tres coanfitriones recibiría una plaza. Actualmente, la CONCACAF cuenta con tres boletos directos, con la posibilidad de obtener un cuarto en un repechaje con un rival de otra confederación.
«Nunca ha habido un Mundial sin que el anfitrión no haya tenido una plaza automática», dijo Gulati.
México se ha clasificado a todos los Mundiales desde 1994, mientras que Estados Unidos no falta a ninguno desde 1990. Canadá participó por última vez en 1986.
«Habrá 3,5 espacios para países en la CONCACAF que nunca han tenido el sueño de estar en un Mundial», afirmó De María. «Habrá una competición ardua».
Estados Unidos perdió ante Catar en la puja por la sede de la edición de 2010. El Mundial de 1994, pese a que se disputó con 24 equipos, se mantiene como el que más concurrencia tuvo en la historia, superando los 3,5 millones. También registró la mayor afluencia promedio de espectadores (68.991 por partido).
Aunque se teme que un Mundial con 48 partidos puede mermar la calidad, se da por descontado que -al montarlo en Norteamérica- podría ser el torneo que más ingresos genere en la historia de la máxima cita del fútbol.
«Un Mundial en Nortamérica, con 60 partidos en Estados Unidos, será el más exitoso en la historia de la FIFA en cuanto a los aspectos económicos», realzó Gulati.
Sería el segundo Mundial con múltiples sedes. El primero se realizó entre Corea del Sur y Japón en 2002.
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