En la televisión veo hombres con los llamados guardas espaldas. Gente mirando para todas partes, como en espera de algo y rostros muy inquietos. Esto nos recuerda que en Taiwán abril 13-19, 1986 leí una conversación de Buda y un rey. La copié y ahora entrego:
Buda preguntó al rey. ¿Es verdad que tú, dondequiera que te encuentras, en el bosque, bajo un árbol o en un lugar solitario, pronuncias repetidamente esta exclamación: ¡Que felicidad!?
El rey respondió. Señor, antes de que conociera el poder de tus enseñanzas, yo tenía guardias bien distribuidos en el interior y el exterior de mí palacio, en el interior y el exterior de la ciudad y en todos mis dominios. Y a pesar de que yo estaba protegido y salvaguardado, vivía atemorizado, inquieto, receloso, asustado, ahora, señor; donde quiera que me encuentre, en el bosque, bajo un árbol o en un lugar aislado, y aunque esté solo, vivo sin temor y tranquilo. Confiado, sin miedos, despreocupado, en paz, con los que me dan los otros y con mi mente libre como un animal del bosque.
Amable lector. El Budismo preconiza la eliminación de los sufrimientos a través de la renuncia a todos los deseos hasta llegar a la suprema superación. Esta doctrina, es el camino de la salvación consiste en aplastar la intranquilidad del djarma.
¿Dónde está la eliminación de los sufrimientos de los dominicanos? En el Decálogo Duartiano. Consérvense bueno.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
De mí bitácora: La enseñanza de Buda, rey deja de sentir miedo
LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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