Los Ángeles (EEUU), (EFE).- El segunda base Akinori Iwamura coronó con triple roductor la última carrera de un racimo de cinco anotaciones, con el que la selección de Japón derrotó por 9-4 a la de Estados Unidos para volver por segunda vez consecutiva a la final del Clásico de Béisbol y defender el titulo campeona.
Con la derrota, Estados Unidos, volvió a quedar en evidencia el potencial que tienen los jugadores de Grandes Ligas en plena fase de entrenamientos de primavera.
Además, el deporte del béisbol, el pasatiempo nacional del país, sufrió un fuerte revés, al quedar eliminado de la contienda por el título del segundo Clásico Mundial.
Mientras que Iwamura destacó con el poder y lo oportuno de su bate, junto con el receptor Kenji Johjima, que impulsó un par de carreras, las mismos que produjo Hiroyuki Nakajima, el abridor estelar Daisuke Matsuzaka mantuvo el invicto en la competición.
Con Matsuzaka en el montículo, una gran defensa y un bateo oportuno los 43.630 fanáticos que llenaron de nuevo el Dodger Stadium tuvieron que rendirse ante la gran calidad del juego de
Japón.
Estados Unidos, de nuevo, intentó llegar a la final, pero no le basto la plantilla que trajo al mundial y además diezmada por las lesiones de jugadores como Chipper Jones y el primera base Kevin Youkilis iban a sentirse.
La novena de las barras y las estrellas subió un escalafón más en el Clásico de hace tres años, cuando fue eliminado en la segunda ronda.
Con su victoria Japón (6-2) avanzó a la final del evento contra Corea del Sur (6-2), que venció 10-2 a Venezuela, el pasado sábado. El juego por el título se llevará a cabo el lunes por la noche, en el mismo escenario del Dodger Stadium.
Japón buscará otro título después de que se apoderó del primer torneo, en el 2006, superando a la selección de Cuba en el juego final por 10-6, mientras que Corea del Sur, campeón olímpico, querrá la venganza de la derrota de semifinales del 2006.
Jung Keun Bong (2-0) abrirá por Corea del Sur, mientras que por Japón subirá al montículo Hisashi Iwakuma (1-1). Bong logró sus dos triunfos contra Japón, en los que apenas toleró seis imparables y una carrera. La derrota de Iwakuma fue ante Corea del Sur.
Para Estados Unidos fue la primera derrota ante Japón desde la Copa Mundial de Béisbol, en el 2005. Estados Unidos había ganado cuatro juegos consecutivos, incluyendo una victoria por 8-4 para conseguir la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
El triunfo correspondió a Matsuzaka (3-0) en cuatro entradas y dos tercios de episodio, permitió cinco imparables, incluido un jonrón, dos carreras limpias, dio tres pasaportes y ponchó a cuatro.
Si Matsuzaka hizo su trabajo a la perfección el relevo encabezado por Toshiya Sugiuchi, Masahiro Tanaka, Takahiro Mahara y Yu Darvish completaron la labor del derecho estelar de Japón y los Medias Rojas.
El derrotado fue el abridor Roy Oswalt (1-1) en tres episodios y dos tercios, permitió seis imparables, seis carreras, dio una base y retiró a uno por la vía del ponche.
Oswalt no pudo impedir que Japón armase un rally de cinco carreras en el cuarto episodio y ahí acabó todo el buen trabajo que hasta entonces había realizado.
Abajo 2-1 en la pizarra, Japón colocó hombres en base con sencillos consecutivos del bateador designado Atsunori Inaba y el primera base Michihiro Ogasawara, y un error del intermedista Brian Roberts en batazo del jardinero central Kosuke Fukudome produjo una
carrera.
Johjima remolcó otra con elevado de sacrificio y Iwamura impulsó también con un triple, mientras que sencillo del tercera base Munenori Kawasaki llevó a su compañero al plato.
Kawasaki también llegó al plato después que el campo corto Hiroyuki Nakajima pego doblete.
Japón fabricó tres carreras de seguridad en el octavo episodio después de un error en un tiro a primera del torpedero estelar Derek Jeter, de los Yanquis de Nueva York, con dos "outs" produjo una, el jardinero Ichiro Suzuki impulsó otra con sencillo y Nakajima la tercera con doble.
La fiesta japonesa ya era oficial en el Dodger Stadium y también el comienzo de la celebración para los fanáticos nipones que habían ido a apoyar a su equipo para que el lunes volviese a estar en la gran final.