Según se pudo conocer a través de la prensa nacional, los gastos de la recién celebrada Cumbre fueron alrededor de 16 millones de pesos.
El secretario de Economía, Planificación y Desarrollo, Juan Temístocles Montás, habló del “presupuesto elaborado por el gobierno para cubrir los gastos relativos al montaje y desarrollo de la Cumbre”, ascendentes a RD$15, 564,163.22; de los cuales se han invertido hasta la fecha
RD$13, 825,511.32.
Si se piensa en las personas que aún esperan ser auxiliados, luego del paso de las tormentas Olga y Noel; o los estudiantes de Los Cacaos, en San Cristóbal, cuya Escuela Básica fue parcialmente destruida por las crecidas del río Maomita, por poner sólo un ejemplo de los tantos planteles educacionales que carecen de los más elementales recursos para su funcionamiento.
Si se reflexiona acerca del dolor e incertidumbre de las familias desplazadas por las recientes inundaciones en más de 15 sectores de la provincia María Trinidad Sánchez, Duarte y Samaná…En fin, si se medita en todos estos detalles, habría que preguntarse si esos 16 Millones de pesos destinados a la Cumbre resultarán definitorios en soluciones perentorias e inmediatas que no admiten más demoras.
Tal vez si se sumaran estos millones a los ganados por quienes debían estar remediando los problemas de la nación, las noticias serían muy diferentes y la población comenzaría a confiar un poco más en quienes le gobiernan y representan.
Porque, es cierto que la Cumbre trató diversos problemas medulares del país; pero, habría que ver si la voluntad por solucionarlos llevará la misma prisa y la rápida cobertura que, desde los costos iniciales de los trabajos de la mencionada cita, reunieron RD$8, 995,348.94.
¿O habrá que esperar otra Cumbre para repetir montos condicionados a su desarrollo, mientras que las familias afectadas por Olga y Noel; los estudiantes de Los Cacaos, en San Cristóbal, los desplazados de la provincia María Trinidad Sánchez, Duarte y Samaná… siguen esperando que ocurra un milagro en sus míseras existencias?