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Los lagos Enriquillo y el Saumatre recuperarán sus antiguas tierras

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JIMANÍ, República Dominicana.- Inorvino Medina Rivas (Blanquito) nació en 1912 y no recuerda que en sus 97 años el lago Enriquillo haya inundado tantos predios agrícolas como ocurre desde hace varios meses.

“Antes, yo lo vi subir dos veces más”, cuenta Blanquito, uno de los cientos de agricultores de Villa Jaragua y otros poblados del sur que perdieron sembradíos de plátanos y terrenos destinados a la ganadería. Aunque no precisa las fechas, considera que una de las crecidas de las aguas del lago Enriquillo se produjo a mediado de la década de 1930 y la otra, entre 1954 y 1955.

Otros residentes de poblados afectados, como Postrer Río, Boca de Cachón o la Baitoa, recuerdan que también en 1979, tras el paso del huracán David, las aguas del Enriquillo dañaron parcelas de arroz, yuca, plátanos y otros rubros agrícolas.

En noviembre de 1999 el biólogo Andrés Shubert planteaba que las lluvias del huracán Georges, que afectó al país en septiembre de 1998, contribuyeron a equilibrar las aguas del lago y las llevaron al nivel de 43.3 metros. El investigador señaló entonces que las lluvias aumentaron el caudal del Yaque del Sur y provocaron que desde Tamayo se formara un caudal de varios kilómetros que alimentó al Enriquillo durante una semana.

Los daños

Wilfredo Polanco, vocero de la Secretaría de Agricultura, explica que esa dependencia contabilizó un total de 534 productores afectados en una superficie de más de 200 mil tareas dañadas por la inundación y la salinidad de las aguas del lago.

Los daños incluyen 176,400 de pastos destinados a una ganadería rudimentaria y 23,600 en las que se cultivaban diversos productos agrícolas, dice Polanco.

Es una realidad que sufre Ramón Guzmán Vólquez, de 64 años. “Yo tenía sembrada como 45 tareas de plantas de yuca y se dañaron”, cuenta el agricultor residente en Baitoa, Duvergé. Guzmán Vólquez dice que las lluvias que hicieron subir las aguas arreciaron en mayo del año pasado. “Ya para diciembre acabaron con todo”, apunta. “El lago sigue creciendo y está invadiendo los terrenos”, dice.

Al igual que cientos de agricultores de las zonas inundadas, Guzmán Vólquez confía en que las autoridades vayan en su auxilio y habiliten nuevas tierras para el cultivo.

Las aguas del lago Enriquillo y las de su vecino de Haití, Saumatre continuarán subiendo con el paso de los años, debido a que ambos, con la laguna Cabral, formaron un solo canal marino que se interrumpió hace millones de años por una ruptura en las capas tectónicas, señala el geólogo Osiris de León.

“El río Yaque del Sur drenaba hacia Azua, y por una ruptura geológica empezó a descargar sedimentos. En la medida en que empezó a descargarlos, el agua de mar ya no pudo seguir entrando e hizo que aquí quedara un gran lago, que es el Enriquillo”, dice.

Recuerda que en los últimos dos años Saumatre ha incrementado su nivel en unos 3 metros (desde la cota +16 hasta la cota +19), razón por la que hace unos días inundó la carretera que comunica a Jimaní con Fond Parisién, y lleva en forma directa a Puerto Príncipe, lo cual la convierte en la vía de comunicación más importante en el intercambio comercial que mantiene República Dominicana con su vecino Haití.

Explica que en la actualidad el lago Enriquillo está cerca de los 39 metros por debajo del nivel medio del mar, con lo cual el Saumatre lo supera con unos 58 metros por encima.

“Esto provoca que parte del agua del lago Saumatre drene subterráneamente hacia el Enriquillo, a través de los materiales granulares gruesos del abanico aluvial del río Blanco, de Jimaní, incrementando el nivel del lago Enriquillo”, indica.

Estudios realizados en la zona por De León en 1983 identificaban varias fuentes que descargaban en el lago Enriquillo un promedio de 750 millones de metros cúbicos de agua al año. En la actualidad, el geólogo calcula que esa descarga supera al 1.1 millones de metros cúbicos.

Panky Corcinio
C.D.

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