Una gran multitud acompañó a su ídolo, el ex boxeador Raúl -El Ratón- Macías, a despedirse de su protectora, la Virgen de Guadalupe, en la misa de cuerpo presente que ofició en la Basílica de Guadalupe Monseñor Diego Monroy Ponce, para cerrar así un ciclo de veneración al boxeador más querido y abrir la página de la leyenda del “Ratón”.
Con esa multitudinaria despedida, se rindió homenaje al “Ratoncito” que atascó hace 55 años en la plaza México, al tepiteño que le prendían veladoras cuando peleaba, al ejemplar púgil que supo retirarse en plenitud de facultades.
No podía ser de otra forma, “El Ratón” Macías reunió a cerca de 10 mil personas (aproximadamente ocho mil dentro y dos mil fuera) en la Basílica, cuyo rector, Monseñor Monroy, arrancó la segunda sonora ovación cuando recordó la frase que repetía después de cada pelea: “Todo se lo debo a mi mánager y a la Virgencita de Guadalupe”.
El presidente del Consejo Mundial de Boxeo, José Sulaimán Chagnón, encabezó a la familia boxística que se reunió en las faldas del cerro del Tepeyac.
“Fue como mi hermano”, reiteró en un comentario que ha hecho siempre, no sólo ahora y ante las circunstancias.
