Washington (EFE).- Siete años y medio después de que unos 10.000 soldados estadounidenses contribuyeran al derrocamiento del régimen talibán, el Pentágono tiene en Afganistán unos 36.000 soldados y se prepara a enviar otro 21.000 al país centroasiático.
Estados Unidos ha estado involucrado en Afganistán desde octubre de 2001, primero con una campaña de bombardeos y luego con tropas en tierra, en una operación que denominó "Libertad Perdurable", que puso en fuga al gobierno Talibán y sus aliados de Al Qaeda.
La invasión costó la vida a 12 soldados estadounidenses. Desde entonces, al menos 671 soldados estadounidenses han muerto en Afganistán, y la cifra de bajas ha crecido casi año tras año.
En 2002 murieron en Afganistán 49 soldados de EE.UU., cifra similar a la de los dos años siguientes, pero en 2005 cayeron 99, en 2006 otros 98, y desde 2007 las cifras aumentaron sustancialmente: 117 bajas fatales ese año y 155 en 2008.
Si se agregan los contingentes de otra docena y media de países que forman la coalición con EE.UU. en Afganistán, han muerto en ese país 1.120 soldados extranjeros. El año pasado fue el más cruento para esa coalición con 294 bajas fatales.
En los tres primeros meses de este año han muerto en Afganistán por lo menos 41 soldados estadounidenses y 34 de otros aliados.
Actualmente hay en Afganistán más de 36.000 soldados de Estados Unidos y unos 20.000 de otros miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El presidente Barack Obama anunció hoy el despacho de 4.000 soldados adicionales que cumplirán, principalmente, tareas de instrucción para las fuerzas militares y policiales del Gobierno de Kabul.
Aparte de eso, el Gobierno de Obama enviará en los próximos meses hasta 17.000 soldados, de manera que EE.UU. tendrá apostadas en Afganistán casi tres veces más tropas que todos sus aliados.
El incremento de la presencia estadounidense responde a las peticiones de los mandos militares que, encabezados por el general David McKiernan, comandante de las tropas en Afganistán, solicitaron desde diciembre refuerzos de al menos 20.000 soldados para hacer frente a la creciente amenaza del movimiento talibán.
Gran parte de esos refuerzos irá al sur de Afganistán, escenario del resurgimiento de los talibanes y donde las fuerzas internacionales han sufrido la mayor parte de sus bajas.
Hasta el momento, la mayoría de los contingentes desplegados en esa zona está integrada por estadounidenses, canadienses, británicos y holandeses.
La Fuerza Internacional de Estabilidad para Afganistán opera con mandos regionales, de los cuales el Mando Norte está a cargo exclusivamente del contingente alemán.
El Mando Regional Este está bajo las órdenes de EE.UU.; el mando en la Región Sur lo toman por turno los holandeses, canadienses y británicos; el Mando Oeste lo controlan los italianos, y las fuerzas de Francia encabezan el mando de la región capitalina, donde está el cuartel general de la fuerza internacional en la cual contribuyen 41 países.