Una serie de protestas y actos vandálicos se registraron en México días después de que el Gobierno determinó un incremento al precio de la gasolina, lo que dejó 250 detenidos y un policía muerto.
La secretaría de Hacienda anunció a fines de diciembre que el precio por litro de la gasolina Magna sería de 15.99 pesos, el de la Premium 17.79 pesos y el del diésel 17.05 pesos -entre el 1 de enero al 3 de febrero-, con alzas que van desde el 14.2 al 20.1 por ciento.
La molestia contra esta medida han ido escalado hasta llegar a bloqueos de carreteras y gasolineras, obstrucción en centros de abastecimiento de combustible, robo de gasolina e incluso actos vandálicos y rapiña en tiendas departamentales.
«Se trata de actos al margen de la ley que nada tienen que ver con una manifestación pacífica», dijo en un mensaje a medios el sub secretario de gobernación, René Juárez. «Hacemos un firme llamado a evitar actos de vandalismo y de violencia que a nadie benefician», añadió.
La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) dijo que estos actos han provocado el cierre de 170 establecimientos, el saqueo de otros 79 y problemas de distribución de mercancía, principalmente en estados del centro del país.
El organismo no precisó en qué período se registraron estos hechos.
Autoridades de Pemex también han dicho que los bloqueos a calles que dan acceso a algunas terminales de almacenamiento de combustible han generado desabastecimiento y que el problema podría agravarse de escasear la turbocina, un combustible que se utiliza para las turbinas de aviones y helicópteros.
«En Chihuahua la terminal sigue cerrada y en Baja California -ambos estados en el norte del país- empieza el problema de desabasto, comienzan algunas gasolineras a tener un nivel critico de combustible», dijo en entrevista radiofónica director general de Pemex, José Antonio González.
La Secretaría de Gobernación dijo que gran parte del problema se registra en el centro del país, en estados como Ciudad de México, Estado de México e Hidalgo.
En el caso de la Ciudad de México, este tipo de hechos provocaron la muerte de un policía, segun medios locales. También hubo ataques a 23 tiendas, decenas de actos de rapiña e incluso convocatorias para continuar con los ataques, dijo en entrevista a la televisión el jefe de Gobierno Miguel Ángel Mancera.
Más temprano, el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, defendió la medida al decir que fue «responsable» y que «serían más dolorosos los efectos y consecuencias» en la economía del país.
Crecen protestas y actos vandálicos en México
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