Un alto al fuego a nivel nacional en Siria, intermediado por Rusia y Turquía, que respaldan las partes opuestas en el conflicto, parecía mantenerse a primera hora del viernes tras un comienzo inestable durante la noche, en el que es el último intento de acabar con casi seis años de derramamiento de sangre.
El presidente ruso, Vladimir Putin, un aliado clave del presidente sirio, Bashar al-Assad, anunció el alto el fuego el jueves después de acordarlo con Turquía, un antiguo partidario de la oposición.
Supervisores del conflicto y un oficial rebelde informaron de enfrentamientos casi inmediatamente después de que la tregua entrase en vigor a medianoche (2200 GMT del jueves) entre insurgentes y fuerzas gubernamentales a lo largo de la frontera de las provincias de Idlib y Hama, así como de incidentes aislados con disparos más al sur. Horas más tarde la calma se imponía en las zonas incluidas en el acuerdo, dijeron.
El ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, dijo que Estados Unidos podría unirse al proceso de paz una vez que el presidente electo Donald Trump asuma el cargo el 20 de enero. También quería que Egipto se uniera, junto con Arabia Saudí, Catar, Irak, Jordania y las Naciones Unidas.
Varios grupos rebeldes han firmado el acuerdo, dijo el Ministerio de Defensa ruso. Varios oficiales rebeldes reconocieron el acuerdo, y un portavoz del Ejército Libre Sirio (ELS), una vaga alianza de grupos insurgentes, dijo que respetaría la tregua.
Un comandante del ELS se mostró optimista sobre esta tregua, que supone el tercer intento serio de un alto el fuego nacional este año.
«Esta vez tengo confianza en su seriedad, hay un nuevo aporte internacional», dijo el coronel Fares al-Bayoush sin entrar en detalle.
La guerra civil de Siria, que comenzó cuando un levantamiento pacífico se tornó en violencia en 2011, ha causado más de 300.000 muertes y desplazado a más de 11 millones de personas, la mitad de la población del país antes de la guerra.
Este alto el fuego, que tiene lugar en los últimos días de mandato del presidente estadounidense Barack Obama, es la primera gran iniciativa diplomática internacional en Oriente Próximo en décadas que no implica a Estados Unidos.
Los dos alto el fuego anteriores, promovidos por Washington y Moscú, antiguos enemigos durante de la Guerra Fría, entraron en vigor en febrero y septiembre, pero ambos fracasaron en cuestión de semanas, con los bandos enfrentados acusándose mutuamente de violar la tregua e intensificando los combates.
Putin dijo que las partes también estaban preparadas para iniciar conversaciones de paz en Astana, la capital de Kazajstán. Medios estatales sirios dijeron a última hora del jueves que las conversaciones tendrán lugar «pronto».
El Gobierno sirio negociará desde una posición fuerte después de que su ejército y aliados, incluidas las milicias chiíes apoyadas por Irán, junto con el poder aéreo ruso, derrotasen a los rebeldes en su último bastión urbano de Alepo este mes.
El alto el fuego en Siria se mantiene tras enfrentamientos iniciales
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