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Colombia concluye la repatriación de las víctimas de accidente aéreo

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Colombia finalizó el viernes la repatriación de los cadáveres de las 71 personas que murieron cuando el avión que transportaba al equipo de fútbol Chapecoense de Brasil se estrelló en una zona montañosa cerca de Medellín.
 
Decenas de vehículos fúnebres trasladaron los ataúdes con los cuerpos de 64 brasileños, cinco bolivianos, un paraguayo y un venezolano, hasta una base militar cercana al aeropuerto José María Córdova desde donde fueron enviados en aviones a sus países de origen.
 
Decenas de personas despidieron los restos en las calles de Medellín, batiendo pañuelos blancos al paso de las carrozas fúnebres rumbo al terminal aéreo en donde recibieron honores militares.
 
Los cuerpos de ciudadanos bolivianos fueron transportados en de un avión militar de la fuerza aérea de ese país, mientras que los 14 periodistas brasileños se repatriaron en vuelos privados, contratados por las empresas para las que trabajaban.
 
Los cadáveres de los restantes 50 ciudadanos brasileños, incluidos los integrantes del equipo de fútbol, viajaron en tres aviones militares Hércules C-130 a Chapecó, en donde recibirán el sábado en la mañana un multitudinario homenaje póstumo.
 
Los ataúdes con los cuerpos de las víctimas brasileñas repatriadas en los aviones militares fueron cubiertos con banderas blancas que tenían impreso el escudo verde del club Chapecoense y la frase en letras negras «campeones para siempre».
 
El cuerpo del paraguayo fue evacuado en un vuelo privado, en un procedimiento similar al de un venezolano.
 
«Estamos cerrando una operación dolorosa y humanitaria con la repatriación de la totalidad de los cadáveres. Hemos cumplido», dijo a periodistas Carlos Iván Márquez, director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
 
Solo seis de los 77 ocupantes -tres jugadores, un periodista y dos miembros de la tripulación- sobrevivieron luego de que el avión se precipitó en una zona montañosa cerca de Medellín, donde el Chapecoense iba a jugar la final de la Copa Sudamericana frente a Atlético Nacional.
 
Las causas de la peor tragedia aérea en Colombia en más de dos décadas y la más grave en la historia del fútbol brasileño están bajo investigación, pero la principal hipótesis de los investigadores apunta a que el British Aerospace Avro RJ85 de la aerolínea boliviana LAMIA se quedó sin combustible en pleno vuelo la noche del lunes.
 
BOLIVIA ANUNCIA MEDIDAS DRÁSTICAS
 
La tripulación intentó aterrizar pero se estrelló a 17 kilómetros de la pista. El avión no explotó ni se incendió y en el lugar del impacto no se encontraron residuos de combustible.
 
El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció medidas drásticas contra los responsables de irregularidades que habrían favorecido a la aerolínea propietaria del avión.
 
«De esta empresa LAMIA, no sabía que tenía autorización, no sabía que era una empresa con matrícula boliviana. Se van a tomar medidas drásticas», dijo Morales a periodistas en La Paz.
 
El regulador aéreo de Bolivia suspendió el jueves el permiso de operación de la aerolínea que realizaba el vuelo desde la ciudad de Santa Cruz hasta Medellín.
 
En la ciudad boliviana de Cobija, fronteriza con Brasil, fue recibido el cuerpo del piloto Miguel Quiroga por familiares y amigos que vestían camisetas con la leyenda «un piloto no muere, solo vuela más alto».
 
El ex senador boliviano Roger Pinto Molina, suegro del piloto Quiroga, pidió perdón al pueblo brasileño en medio de publicaciones periodísticas que sugieren responsabilidad de la tripulación en el accidente.
 
«Queremos decir a millones de brasileños, especialmente a las familias, a los hijos, a los padres y a los hermanos en Chapecó, que lo sentimos mucho», dijo Molina desde su casa en el estado de Acre en Brasil.
 
«La palabra ‘lo siento’ no resuelve nada, pero queremos pedirle perdón si este fue un accidente que pudo haberse evitado o no. La capacidad y la buena voluntad de nuestro yerno no está en cuestión. Las investigaciones determinarán el alcance de las responsabilidades», precisó.
 
El accidente desintegró al Chapecoense, un modesto equipo que ascendió meteóricamente desde la cuarta división a la serie A en el 2014 y logró llegar a una final continental, pero que no pudo jugar el que habría sido el partido más importante de su historia.
 
Se espera que unos 100.000 aficionados, aproximadamente la mitad de la población de la ciudad de Chapecó, asistan al homenaje póstumo a las víctimas, al igual que el presidente brasileño Michel Temer y el máximo dirigente de la FIFA Gianni Infantino.
 
Esta ha sido la peor tragedia aérea en la historia reciente de Colombia, desde que en diciembre de 1995 más de 160 ocupantes de un avión de la aerolínea American Airlines murieron al estrellarse en una zona montañosa cerca de la ciudad de Cali, en el suroeste del país.

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