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Cuando la táctica se traga a la estrategia

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Antes de pasar a comentar el proceso de la lucha que viene librando el Colegio Médico Dominicano, nos permitimos entrar por la puerta de un análisis conceptual a manera de preámbulo.

La vida es una constante lucha. Desde que el ser humano nace, inicia un proceso de lucha por su sobrevivencia y en cada etapa de su existencia, esta lucha adquiere modalidades diferentes.

Existen muchas clases y formas de lucha, pero en el caso que nos concierne y analizaremos, en términos amplios veremos, las luchas cuando adquieren un carácter general y las luchas particulares.

Las luchas generales están caracterizadas porque involucran el universo de una sociedad, unidos por una consigna común, aquí podemos mencionar los conflictos de Estado(s) contra Estado(s) ó de varios Estados contra uno ó miembros de un Estado en contra de este.

Las luchas particulares las vemos al interior de una sociedad, cuando se confrontan las clases sociales entre si, los sectores de clase y las organizaciones de la sociedad civil por reivindicaciones propias.

Ningún proceso social se produce químicamente puro, por lo que en momentos determinados pueden coexistir luchas generales y particulares al mismo tiempo.
Normalmente la lucha de carácter general se superpone a la(s) lucha(s) particular(es), siempre y cuando un sector en lucha a lo interno, no tenga vinculación ó intereses comunes con un Estado rival.

En un momento coyuntural, este cúmulo de situaciones se expresan como contradicciones y los más importante es lograr identificar cual es la contradicción principal y cuales son las contradicciones secundarias.

Como todo es cambiante, este proceso dialéctico hace que las contradicciones principales se conviertan en contradicciones secundarias y viceversa.

Cuando una contradicción particular se convierte en fundamental, es porque implica a amplios sectores de las fuerzas vivas de esa nación y si sólo es de un sector en particular y esta lucha no se vincula con otras luchas ó recibe en un momento determinado el apoyo decidido de amplios sectores en un proceso ascendente, esta lucha está condenada al fracaso.

Ningún sector en particular, en condiciones normales, tiene la fuerza y los recursos para tumbarle el pulso a ningún gobierno.

Este preámbulo nos permite hacer un análisis los más objetivo posible, para que nuestros dirigentes entiendan que nunca la táctica puede tragarse ó sobreponerse a la estrategia, lo que equivale a decir, que todos los huevos no se echan en un solo canasto, porque hay huevos que son grandes y otros están en diferentes estado de maduración, por lo que se aconseja que cada huevo esté en su propio canasto y los tomemos en cuenta como partes de un todo.

Los que dirigen el Colegio Medico Dominicano, han olvidado que toda lucha parte de un plan estratégico que incorpora todas las demandas del gremio en término general y de sus agremiados en particular.

La experiencia nos dice que en nuestro caso como organización, no estamos para confrontar a ningún gobierno, sino de servir de asesores en materia de salud tal y como establece la ley de colegiación 68-03 y colaborar en el mejoramiento de indicadores de salud como son: la mortalidad materna, la mortalidad infantil, la desnutrición infantil, la tuberculosis, malaria, dengue, leptospirosis, parasitismo, diarreas, enfermedades pulmonares entre otras, y la orientación en atención primaria en salud como prevención de enfermedades evitables
La lucha global y permanente del Colegio Medico Dominicano debe de estar orientada a: mejorar las condiciones socio-económicas del medico, procurar mejores condiciones de trabajo, estabilidad laboral, demostrar la viabilidad y la factibilidad de otras fuentes de trabajo para el beneficio sus miembros, acceso a actividades científicas de actualización como congresos nacionales e internacionales, seminarios, planes de viviendas, creación de un club deportivo y cultural para los médicos y sus familiares, el remozamiento, ampliación y transformación de la planta física central, gestión de facilidades de visas para explorar fuentes de empleos en otras latitudes, gestión de becas de estudios de grados y postgrado nacional e internacional, planes de adquisición de vehículos, planes de adquisición de equipos médicos y tecnológicos como son las computadoras, mejoras de los servicios de la ARS , los incentivos del SENASA, la contratación por la ley 60-97, las plazas de pasantía medica, plazas para pasantía de post-grado, aplicación correcta de las leyes 42-01 y 87-01, la persecución del ejercicio ilegal de la medicina, integración efectiva a los estamentos de la seguridad social, etc.,etc., etc.

Cada uno de estos elementos forman parte de un conjunto que hay que verlos de manera holística y armónica, debe haber una resonancia que las haga levitar a todas, aunque se identifique una de ellas como la contradicción principal, siendo en nuestro caso concreto, el aumento salarial.

La lucha por aumento salarial como contradicción principal no puede ni debe tomarse como patria o muerte, ya que las demás demandas y necesidades del sector, que también son importantes, podrían pasar a un estadio superior y el conjunto de estas podrían producir mayores y mejores resultados en la mesa de negociación en caso de que la demanda mas importante no sea ó no pueda ser satisfecha.

Llevar el proceso a estadios superiores para alcanzar el fin es estrategia y las acciones que se producen como paros hospitalarios, marchas, vigilias, etc., son tácticas, que dependiendo de su aceptación popular, podrían producir un avance en el resultado final, de no ser así, estas acciones por si mismas no conducen a nada y desgastan el movimiento de lucha.

El Colegio Médico Dominicano debe revisar profunda y críticamente su estrategia, ampliando su visión e hilar muy fino en la táctica a utilizar, donde no se afecte directamente al pueblo y siempre buscando su solidaridad, al igual que el apoyo decidido y conciente de importantes sectores de la vida nacional.

Hay que evitar las provocaciones de los sectores adversos a lucha, ya que estos son contraataques que buscan la distracción del proceso y quitarle principalía dentro de la agenda nacional.

A sabiendas de la falta de voluntad política, las fuerzas acumuladas en este proceso, la percepción general y la falta de integración de muchos médic@s por temor a represalias, no es aconsejable en este momento la radicalización de la lucha.

Hoy se necesita reflexión, serenidad, prudencia, inteligencia y claridad de lo alto, para llevar al Colegio Médico Dominicano de manera satisfactoria a puerto seguro, sano y salvo.

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