Viena.- El presidente del consejo de administración de la austríaca Banca Meinl, Julius Meinl, fue puesto hoy en libertad tras pagar una fianza récord de 100 millones de euros, después de que el pasado miércoles fuera arrestado por su presunta implicación en un millonario escándalo de fraude.
Meinl, de nacionalidad británica y que posee tierras en Uruguay, abandonó hoy el Centro de Detención de la Audiencia Provincial de Viena en un taxi, sin querer hacer declaraciones a los numerosos periodistas que le aguardaban.
El banquero, quinto representante de una conocida dinastía de empresarios con intereses en los sectores de la alimentación y las finanzas, fue detenido el miércoles a petición de la Fiscalía austríaca ante el riesgo de su fuga, en medio de una investigación abierta en febrero pasado por presuntos delitos económicos.
El caso de fraude, desfalco y manipulación de capitales está relacionado con la pérdida millones de euros de tres fondos de inversión vinculados al Banco Meinl que afecta a inversores privados, mientras que la propia entidad cobraba cientos de millones en concepto de comisiones.
El escándalo aumentó de tono al conocerse que el detenido transfirió el mismo día de su arresto, desde una cuenta en Liechtenstein, los cien millones de euros exigidos por el juez encargado del caso.
Así, varios políticos de la oposición han calificado de inaceptable que el banquero disponga de ese dinero para comprar su libertad y no lo utilice para pagar parte de las deudas del banco a los inversores, y han pedido que se investigue la procedencia de la suma récord.
La Banca Meinl comunicó por su parte que el dinero de la fianza no provenía de sus fondos ni de ninguna de sus filiales, sino de "depósitos privados" de la familia del multimillonario banquero que, según el diario "Die Presse", tenía ya el jueves un avión Falcon-2000 esperándolo en el aeropuerto de Viena.
El rotativo afirma que los cargos del acusado son tan graves que, de confirmarse su culpabilidad, podría ser condenado a penas de prisión, pero que una vez fuera de Austria sería muy difícil someterlo al proceso judicial, en el que hay otras personas implicadas. EFE