Lima (EFE).- El ex presidente Alberto Fujimori recibió hoy la pena más dura que permite el código penal peruano, 25 años de cárcel, por delitos de violación de los derechos humanos, en una sentencia considerada histórica.
Escuchó el fallo con su habitual semblante imperturbable y de inmediato se acercó a consultar a su abogado defensor, César Nakazaki, para anunciar que interponía un recurso de nulidad, que fue aceptado por la sala especial que lo juzga.
Con traje oscuro y corbata Fujimori se había pasado la última sesión del juicio tomando notas con aplicación, con aire sereno pero preocupado, y su propio médico, Alejandro Aguinaga, señaló que se encontraba bien en este día crucial para su vida.
Más airada, su hija y heredera política, Keiko Fujimori, declaró al cerrarse este juicio desarrollado a lo largo de 161 sesiones que el fallo "es una aberración y destila odio y venganza".
"Obviamente, no nos vamos a quedar de brazos cruzados, vamos a salir pacíficamente a las calles a respaldar a Alberto Fujimori", advirtió.
Según Keiko, "millones se unirán a esta cruzada en reconocimiento al mejor presidente que ha tenido el país (entre 1990 y 2000)", pero lo cierto es que los simpatizantes fujimoristas eran no más de 500 personas en los alrededores del tribunal.
Estos simpatizantes se encontraron con un grupo de sindicalistas contrarios a Fujimori y se enzarzaron a golpes en los exteriores del tribunal, pero fue el único momento de tensión en una zona que desde el lunes por la noche había sido tomada por la policía.
Fujimori, de 70 años, fue encontrado culpable de los delitos de homicidio calificado y asesinato con alevosía, lesiones graves y secuestro por las matanzas de Barrios Altos y La Cantuta, que dejaron 25 muertos en 1991 y 1992, además del secuestro de un periodista y un empresario en 1992.
Gisela Ortiz, representante de los familiares de víctimas de La Cantuta, se mostró "obviamente satisfecha: por primera vez el poder judicial responde al clamor de las víctimas", dijo a Efe nada más finalizar el juicio.
La lectura de la versión resumida del fallo se demoró tres horas y atrajo la atención de decenas de periodistas nacionales e internacionales, organismos defensores de los derechos humanos y juristas internacionales llegados como observadores.
"Es un mensaje positivo sobre el papel de la justicia en un gobierno democrático y sobre la protección a los derechos humanos -dijo a Efe Maria McFarland, de Human Rights Watch-. Además, es una corte nacional la que hace justicia, algo poco común, y más en un país donde hace pocos años las cortes estaban controladas".
Su colega Eduardo Bertoni, de la Fundación para un debido proceso legal, destacó el hecho de que el tribunal haya calificado los delitos como crímenes de lesa humanidad, algo que no siempre sucede en instancias internacionales.
Había gran expectación entre los juristas sobre si el tribunal utilizaría el argumento de la "autoría mediata", es decir, considerar al acusado responsable como cabeza de una organización criminal aunque no existieran pruebas de órdenes directas para la comisión de crímenes.
El tribunal citó profusamente en su sentencia esta tesis de la "autoría mediata, que se encuentra suficientemente acreditada", en su sentencia de más de 700 páginas que colgó en la página web del Poder Judicial peruano al poco de hacerla pública.
El tribunal que ha juzgado a Alberto Fujimori ha merecido durante todo el proceso las alabanzas de las partes, tanto la fiscalía como la defensa, pero Rolando Souza, miembro del equipo defensor, ya señaló a la salida que consideraba la sentencia "excesiva y antidemocrática", porque "viola el derecho probatorio".
Los fujimoristas han convocado para el miércoles un mitin de protesta contra el fallo judicial, pero, salvo en los barrios aledaños al lugar donde se celebró el juicio, en Lima nada hace sentir hoy la tensión de un juicio que ha hecho historia.