El huracán Harvey golpeó el viernes la costa de Texas como una tormenta de Categoría 4 con vientos de hasta 215 kilómetros por hora, convirtiéndose en el más poderoso que ha golpeado Estados Unidos continental en más de una década.
Harvey tocó tierra entre Port Aransas y Port O’Connor cerca de las 10.00 hora local del viernes (0300 GMT del sábado) y se espera que descargue más de 90 centímetros de lluvia en la costa de Texas y partes de Louisiana, porque durará días.
Si bien miles huyeron de lo que se espera que sean inundaciones devastadoras y la destrucción del huracán, muchos residentes desafiaron las órdenes obligatorias de evacuación y reunieron alimentos, combustible y sacos de arena.
“Nosotros sugerimos que si las personas se van a quedar, escriban su nombre y número de seguro social en el brazo con un rotulador permanente”, dijo el viernes el alcalde interino de Rockport, Patrick Rios, a periodistas según reportes. “Nosotros odiamos hablar sobre cosas como esa. No es algo que nos guste hacer, pero es la realidad. La gente no escucha”, agregó.
Se cree que hasta 5,8 millones de personas estarán en el camino de la tormenta y también el corazón de las operaciones de refinación de petróleo de Estados Unidos. El impacto de la tormenta en las refinerías ya ha elevado los precios de la gasolina.
El más reciente modelo de trayectoria del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (CNH) muestra que la tormenta permanecerá al suroeste de Houston por más de un día, dando a la cuarta ciudad más poblada del país una doble dosis de lluvia y vientos.
Como huracán Categoría 4 en la escala Saffir-Simpson, de cinco niveles, Harvey podría arrancar árboles, destruir casas e interrumpir los servicios básicos durante días. Si mantiene su intensidad, sería el primer gran huracán que golpea a Estados Unidos continental desde que Wilma azotó a Florida en el 2005.