Una vez más nos hemos visto en la obligación de hacerle un llamado al presidente de la Republica, doctor Leonel Fernández Reyna para que disponga de su auxilio a favor del municipio de Cristóbal, el cual enfrenta grandes retos y dificultades en todos los órdenes.
Durante la más reciente visita que hicimos a esa empobrecida localidad de la provincia Independencia, recibimos en el local de la Fundación Comunicación y Servicios Asistenciales (FUNCOMYSA), que presidimos, la presencia de varias personalidades de la comunidad, que en nuestra condición de comunicador social, nos manifestaron diversas quejas para que fueran divulgadas por este medio.
De acuerdo a las inquietudes hechas por los señores Manango Matos, Neno Terrero, Héctor Plata y otras figuras preocupadas por el futuro de la comunidad, en el municipio de Cristóbal, la delincuencia, el narcotráfico, el abandono por parte de las autoridades y la violencia, constituyen la principal amenaza para la existencia de la población.
Estos dirigentes comunitarios consideran que las autoridades deben prestar mayor atención a los problemas por los que a traviesa esa localidad sureña, debido a que eso, además de la falta de crédito, ha frenado la única base de sustento de la población, que es la producción agrícola.
Se quejan los Cristoberos, porque los hombres que cultivan la tierra y fomentan el ganado, no pueden mantener la producción, porque también los delincuentes y los cuatreros los viven asechando para robarles lo poco que cultivan y las vacas que crían para venderlas en las comunidades circundantes.
Ante la situación planteada, los habitantes del municipio de Cristóbal, demandan del presidente de la República aumentar la dotación policial que posee la comunidad, disponer de recursos para la inversión en la agricultura y restablecer el Centro de Atención a los Niños de CONANI, que fue creado durante el gobierno de Antonio Guzmán y que hace un buen tiempo fue retirado del lugar, para hacer frente a la desnutrición que ha venido afectando a la población infantil de la localidad.
También sugieren al primer mandatario Fernández, prestar especial atención a las inundaciones constantes que la población está recibiendo de la Laguna Rincón, debido a la falta de construcción del dique Trujillo y al mantenimiento efectivo del canal Cristóbal, el cual se encuentra en una situación de atiborramiento por la gran sedimentación que posee, a pesar de los reiterados anuncios que ha hecho el director del INERHI, en el sentido de que ha dispuesto el arreglo del mismo.
Además de los males denunciados por los dirigentes comunitarios de Cristóbal, hemos podido observar que el entusiasmo y la motivación por la educación entre sus habitantes ha disminuido considerablemente, y por eso se necesita que esa localidad reciba mayor apoyo en el orden educativo y que algunas de las tradiciones formativas y religiosas que se mantenían en las escuelas de la región sean rescatadas por el Ministerio de Educación y la Iglesia Católica.
La ausencia de los cultos que se realizaban los viernes de cada semana y la formación en Moral y Cívica que se les ofrecían a los niños de Cristóbal y de las demás localidades de las provincias fronterizas, han sido de las cosas que más han contribuido a la desvalorización del ser humano que se ha venido formando en la región y si el gobierno no quiere que esos ciudadanos se sigan perdiendo, debe comenzar a tomar medidas, en el sentido de rescatar las tradiciones perdidas y fomentar el desarrollo productivo y cultural de toda la zona.
Lamentamos que la mayoría de los gobiernos que hemos tenido, no solamente se hayan olvidado del municipio de Cristóbal, sino de la provincia Independencia, en sentido general y que esa demarcación haya contado con funcionarios incapaces de impulsar soluciones a las miserias por las que a traviesan sus gentes, las cuales llevan varias décadas agravándose de gestión en gestión.
Ojalá hagan algo por Cristóbal. Ojalá hagan algo por el desarrollo del Turismo del Sur, como lo ha anunciado el Secretario Francisco Javier García. Ojalá desaparezca el oscurantismo y surja el resplandecimiento del Cuarto Polo Turístico, que es la mayor esperanza de los cristoberos y los sureños, en sentido general.