Miami.- El expresidente de la República Dominicana, doctor Leonel Fernández, recibió un reconocimiento especial durante el Festival de Cine Argentino que inició este domingo en la Universidad Nova Southeastern (NSU), en el sureste de Florida.
Fernández recibió el homenaje en reconocimiento a la labor desarrollada por la Fundación Global Democracia y Desarrollo (Funglode), de la que es presidente, y su papel en el festival de Cine Global Dominicano (FCGD).
La distinción fue entregada por Adriana Bianco, fundadora del Festival de Cine y Arte Argentino y Latino, y George Hanbury, rector de la Universidad Nova Southeastern.
Al entregar el reconocimiento, Bianco destacó los aportes que el expresidente Fernández ha hecho al desarrollo de la República Dominicana en todos los órdenes, en particular a lo concerniente a la consolidación de la industria cinematográfica.
Tras recibir el reconocimiento, Fernández agradeció la distinción, y destacó las grandes contribuciones que ha hecho el cine argentino al desarrollo de la industria cinematográfica en América Latina y el Caribe.
De igual manera, Fernández resaltó el repunte que en los últimos años ha experimentado la industria cinematográfica dominicana, a la que calificó de “joven y promisoria”.
De su lado, Omar de la Cruz, director del Festival de Cine Global Dominicano, hizo un recuento pormenorizado del contenido y alcances de la Ley de Cine de la República Dominicana, destacando, además, el número de películas que se ha realizado en el país a raíz de la aprobación y puesta en vigor de esa legislación.
De igual manera, De la Cruz resaltó la calidad de la película Flor de Azúcar, cinta que fue elegida para competir por el premio Óscar a la Mejor Película Extranjera.
Precisamente, este año el programa fílmico anual de la NSU, en la ciudad de Fort Lauderdale, al norte de Miami, está dedicado a la República Dominicana con la proyección de la película Flor de Azúcar, sesión a la que asistió el expresidente Fernández.
Dirigida por Fernando Báez, el filme narra la vida de dos parejas campesinas, una dominicana y otra de Haití, que se entremezclan en una historia ambientada en la época de la dictadura de Rafael Leonidas Trujillo Molina, quien gobernó la República Dominicana desde 1930 hasta 1961.