El presidente de EEUU, Donald Trump, cree que la deuda de Puerto Rico tendrá que ser liquidada, según indicó durante su visita a la isla para evaluar la devastación causada por el huracán María.
“Vamos a tener que liquidar eso (la deuda). Ustedes van a decir adiós a eso, no sé si es (el banco) Goldman Sachs, pero quienquiera que sea se pueden despedir de eso”, declaró Trump en una entrevista con la cadena Fox realizada en Puerto Rico.
Durante una conferencia sobre la desvastación dejada por el huracán María en Puerto Rico el 3 de octubre, el presidente Donald Trump decidió hacer una broma sobre el costo de la recuperación por el huracán y no tuvo un resultado feliz: «Odio decirlo, Puerto Rico, pero han lanzado nuestro presupuesto un poco fuera de control».
La quiebra de Puerto Rico, con una deuda impagable de cerca de 70.000 millones de dólares, está considerada la mayor bancarrota de un territorio bajo jurisdicción de EEUU en toda su historia.
La Junta de Supervisión Fiscal para Puerto Rico, aprobada por Estados Unidos, dijo este martes que atender la crisis humanitaria causada por el huracán María “de manera inmediata y proveer los fondos necesarios para reconstruir la infraestructura crítica son un primer paso esencial para poner a la isla de pie nuevamente”.
El número de fallecidos a consecuencia del paso del ciclón se ha elevado a 34, de acuerdo con el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, y los daños materiales son de alrededor de 90.000 millones de dólares.
Trump pudo ver este martes la devastación causada en Puerto Rico hace dos semanas por el paso del huracán María, al que el mandatario restó importancia por el bajo número de víctimas y por no tratarse, a su juicio, de “una catástrofe real”.
“Si miras una catástrofe real como el Katrina (…), cientos y cientos y cientos de personas que murieron, y miras lo que ha pasado aquí, con una tormenta que realmente fue abrumadora”, declaró Trump a su llegada a la base aérea Luis Muñiz de San Juan en referencia al ciclón que azotó Nueva Orleans en 2005 y que dejó más de 1.800 muertos.
El viaje del presidente se ha visto envuelto en la polémica desde antes incluso de ser concebido puesto que, a diferencia de lo sucedido en Houston, ciudad a la que se acercó apenas un par de días después del paso del huracán Harvey, Trump ha tardado casi tres semanas en ir a Puerto Rico.