Al menos 27 personas han muerto por una ola de incendios forestales que afecta desde el fin de semana al centro y norte de Portugal, en la peor catástrofe de este tipo desde que una emergencia similar causó 64 muertos en junio, dijeron este lunes los servicios de protección civil.
Patricia Gaspar, portavoz de los servicios de protección civil, dijo a periodistas que los bomberos todavía estaban combatiendo unos 145 incendios y que 32 de los brotes eran considerados graves.
Al menos 51 personas han resultado heridas hasta el momento por los incendios, añadió la portavoz.
Cuatro muertos en Galicia
Una oleada de incendios azota desde el jueves Galicia. Esta mañana, según información proporcionada por la Consellería de Medio Rural permanecían activos una treintena, 17 de ellos con nivel de alerta dos.
A consecuencia de los incendios han perdido la vida cuatro personas (dos calcinadas en una furgoneta en Nigrán, y una tercera en Ourense), existen al menos 20 heridos y han sido arrasadas más de 4,000 hectáreas. La sequía persistente y los fuertes vientos provocados por el huracán Ofelia han contribuido a avivar las llamas.
En las labores de extinción participan 500 militares, 350 brigadas, 220 motobombas, 40 palas y una veintena de medios aéreos, informaron medios locales.
Cientos de ciudadanos, por su parte, se han sumado voluntariamente para apagar los fuegos que consumen áreas forestales y amenazan a viviendas y poblados.
En la Universidad de Vigo y otros centros educativos de Vigo y Pontevedra se han suspendido las clases. Igualmente, hay centros escolares sin clase este lunes 16 de octubre por dos incendios forestales.
La situación es crítica, según palabras del propio presidente de la Xunta Alberto Núñez Feijóo, quien ha recomendado que no se coja el coche en carreteras secundarias.
Para la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, no se trata de incendios sino atentados, y detrás de ellos hay “terroristas que quieren hacer daño a Galicia y lo consiguieron”.
Por otra parte, ya han sido localizadas varias personas en las inmediaciones de los fuegos, aunque de momento no han sido detenidas.
Las dramáticas horas que se viven en Galicia, tristemente conocidas por sus pobladores, abren una vez más el debate sobre la necesidad de modificar la actual Ley de Montes modificada hace dos años, para establecer que “con carácter excepcional las comunidades autónomas podrán acordar el cambio de uso forestal cuando concurran razones imperiosas de interés público de primer orden que deberán ser apreciadas mediante ley, siempre que se adopten las medidas compensatorias necesarias que permitan recuperar una superficie forestal equivalente a la quemada».