Barcelona/Madrid. – El Parlamento catalán declaró este viernes la independencia de Cataluña de España, en abierto desafío al Gobierno central, que respondió minutos después con la aprobación en el Senado de la imposición de un mandato directo sobre la región.
Aunque la declaración es un gesto simbólico, ya que no será aceptada por España ni por la comunidad internacional, las decisiones de ambas partes llevaron a un nuevo nivel de confrontación en la peor crisis política que vive el país ibérico en cuatro décadas.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, pidió de forma inmediata tranquilidad y dijo que el Estado de Derecho será restaurado.
La moción aprobada en el Parlamento regional en Barcelona -que fue boicoteada por los partidos de la oposición- señala que Cataluña se constituye en un Estado democrático independiente, soberano y social.
Asimismo, pide a otros países e instituciones que lo reconozcan y afirmó que quiere abrir conversaciones con Madrid para colaborar en el establecimiento de una nueva república.
«No será fácil, no será gratuito y lo sabemos, no será de un día para otro. (…) Hoy fundamos un nuevo país sobre estos principios y esta dignidad», dijo Marta Rovira, diputada de la alianza proindependentista Junts pel Si (Juntos por el Sí), en un debate previo a la votación.
Después, legisladores de los tres principales partidos nacionales con presencia en la Cámara catalana -el Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español y Ciudadanos- abandonaron la sala.
Los integrantes de los partidos secesionistas y de la formación de izquierda Podemos aprobaron realizar un voto secreto para intentar impedir que el Gobierno central presente cargos criminales contra ellos.
Minutos después, el Senado español aprobó por mayoría absoluta la activación del artículo 155 de la Constitución, que permite al Gobierno central aplicar medidas de intervención en Cataluña. La votación en el Senado fue respaldada con 214 votos a favor, 47 en contra, y una abstención.
Tanto la aprobación de esta medida, sin precedentes en la democracia española, como la declaración de independencia sitúan al país ante un futuro incierto y elevan a un nuevo nivel la peor crisis política de España en décadas.
En respuesta a la sucesión de acontecimientos, la Bolsa española aceleró sus caídas y los rendimientos de los bonos a 10 años alcanzaron un máximo intradía. Asimismo, el euro bajaba frente al dólar.
El índice bursátil español IBEX-35 llegó a caer hasta un 2,1 por ciento, a un mínimo de cuatro días, y el sector bancario de la zona euro cedía un 1,8 por ciento.
El diferencial entre el rendimiento de la deuda española a 10 años y la alemana de referencia se ampliaba a 120 puntos básicos, un máximo también en cuatro días.
Los mercados se estabilizaron tras las declaraciones de Rajoy. El Consejo de Ministros del Gobierno español se reunirá a las 1600 GMT para precisar la aplicación del artículo 155.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó en un tuit que «para la Unión Europea no cambia nada. España sigue siendo nuestro único interlocutor».