Por Balbueno Medina
El sistema de partidos políticos de la Republica dominicana se encuentra en estos momentos en medio de una terrible crisis que amenaza con hacer desaparecer a las principales organizaciones políticas, como consecuencia de la competencia que se libra a lo interno de las mismas por el control del liderazgo y las candidaturas presidenciales de cara al 2020.
Las discusiones que se llevan a cabo en torno al proyecto de Ley de partidos políticos, ha puesto al desnudo la situación interna por la atraviesan los principales partidos políticos, debido a las posiciones que se han externado desde el punto de vista de la forma en que determinados grupos o tendencias aspiran a que se realicen las primarias de cada uno de estos.
Esa situación que mantiene estancado el avance del proyecto de Ley de partidos políticos, ha sido atribuida al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), por las posiciones externadas por los sectores que representan el presidente Danilo Medina y el presidente del partido Morado, Leonel Fernández Reyna, quienes de común acuerdo decidieron contratar a juristas constitucionales para que en base a las conclusiones de éstos determinar el método de primarias a utilizar a través de la legislación que busca normal la vida de las organizaciones políticas en el país.
Sin embargo, esa misma situación ocurre en el principal partido de oposición de la Republica, donde los sectores que representan el expresidente Hipólito Mejía y el excandidato presidencial del PRM en las elecciones del 2016, Luis Abinader, mantienen iguales divergencias que los principales líderes del peledeismo gobernante respecto a la forma en que se deben realizar las primarias.
Mientras el sector del presidente Medina, aboga por unas primarias abiertas, el grupo de Fernández, propugna porque sean cerradas y lo mismo ocurre en el PRM, donde Mejía, ha se ha mostrado de acuerdo con la modalidad de la participación universal, contrario a Abinader que entiende que el voto cerrado favorece representa la garantía de los miembros de su partido.
Desde luego, esos posicionamientos nos indican que el juego en torno al proyecto de Ley de partidos políticos está cerrado y que necesitamos de la voluntad política de los principales líderes del país para que esa importante y necesaria iniciativa pueda ser aprobada por el Congreso Nacional como han demandado los diferentes sectores de la vida nacional.
En lo que respecta a los partidos minoritarios o emergentes, como solemos llamarle a los pequeños, lo único que les preocupa es la sobrevivencia, y que las primarias no se realicen de manera simultaneas, ni mucho menos que les asignen un porcentaje de votos necesarios para poder mantener su personería jurídica, porque de lo contrario sería decretar su definitiva eliminación del escenario político nacional.
Consideramos que los partidos de la Liberación Dominicana, Revolucionario Moderno y Reformista Social Cristiano, que ostentan la mayoría congresional del país, deben tomar en cuenta las inquietudes de esas organizaciones políticas, como forma de garantizar la pluralidad política en la Republica Dominicana y la representación de las minorías en el sistema político dominicano, como corre en todas partes del mundo.
En definitiva, el estancamiento del proyecto de Ley de partidos políticos, obedece a la responsabilidad colectiva de la dirigencia política nacional que durante más de 15 años se ha resistido a cambiar las causas que han provocado el descredito de los partidos políticos y que amenaza con hacerlos desaparecer.
Debemos reclamarle a los políticos pensar más en el porvenir de la patria si queremos avanzar hacia mejores estadios de desarrollo y dejarse de utilizar convenientemente las mayorías que coyunturalmente logran acumular para imponer sus apetencias, en desmedro del necesario consenso que debe primar para enrumbar la nación por mejores senderos de progreso, transparencia y bienestar general.