Felicitaciones al señor Iván Ogando por sus deseos de darle vida al deber cívico respetando principalmente las leyes. Es la gran oportunidad del Consejo Nacional de la Empresa Privada de dar el buen ejemplo pagando los impuestos por los combustibles que consume en su producción.
Ya basta darle vida al cínico que la base de la felicidad y de la virtud se encuentra en el desdén por las normas morales en la que renuncia a la riqueza, a la gloria, a todas satisfacciones de los sentidos.
Está latente, al desaparecer la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina, surge el cinismo, eso que criticaban en silencio los males del tirano han continuado de manera más agresiva el azote de una manera distinta. Todo lo contrario a los hábitos de las buenas costumbres.
Los deberes cívicos que nos enseñó el maestro Don Augusto Peigñant Cestero, en la escuela graduada número 4, cuarto curso, año 1938. Al desapego de los placeres materiales de los sentidos, estar alejado de estos y cumplir con los deberes. En la prueba de comprensión espiritual. No se regocija ni lamenta cuando obtiene algo agradable y al obtener algo desagradable. En sí está en la trascendencia moral. Purificada la existencia de buen ciudadano. Esta educación es la que hoy no se imparte. La formación del carácter del joven.
Nuestro invitado de hoy: El gran libertador Simón Bolívar. “La enseñanza de las buenas costumbres o hábitos sociales es tan esencial como la instrucción, por eso debe tenerse especial cuidado porque aprenda en las cartas de Lord Chesterfield a su hijo, los principios y modales de un caballero”. “La mala educación apaga todo sentimiento de honor, de delicadeza y de dignidad, facilita el contagio de las malas costumbres y de todos los vicios”. “El pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción”.
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana.
