Johnny Hallyday, cuya muerte a los 74 años fue anunciada el miércoles por su esposa y el presidente francés, era un auténtico gigante del rock and roll en su Francia natal que sobrevivió al consumo de drogas, los conflictos familiares y episodios cercanos a la muerte durante más de cincuenta años.
Hallyday, con su arrogancia de vaquero y su voz grave, era un “Elvis francés” para cientos de millones de seguidores, en su mayor parte en Francia, donde vendió más discos que ningún otro cantante.
El artista, que llevaba tiempo luchando contra un cáncer de pulmón, estaba preparando la grabación de un nuevo disco y una gira sobre los escenarios.
Las noticias de su muerte, después de semanas de frenética especulación sobre su salud, hicieron que las redes sociales se incendiaran con homenajes de admiradores, políticos y famosos.
“Durante más de 50 años, fue un icono vibrante”, dijo la oficina del presidente Emmanuel Macron en un comunicado.
Según datos de la industria discográfica, Hallyday ha vendido más de 100 millones de álbumes a lo largo de varias décadas.
Aunque nunca alcanzó el estrellato en los Estados Unidos, donde residió en Los Ángeles, ganó una legión de seguidores en Francia y en otras partes del mundo de habla francesa.
“Johnny Hallyday nos ha dejado”, dijo la esposa del cantante, Laeticia, en un comunicado a Agence France Presse. “Escribo estas palabras sin creerlas. Sin embargo, es verdad. Mi hombre ya no está con nosotros”.
Hallyday, que publicó su primera grabación en 1959, estaba preparando un nuevo álbum y una gira cuando se anunció la noticia de su ingreso con dificultades respiratorias en un hospital de París el mes pasado.