Nueva York: Las miradas a los ojos fueron profundas y si se tradujeran en la acción arriba del ring es probable que se decretara un empate.
Vasyl Lomachenko y Guillermo Rigondeaux ni siquiera tuvieron que decir una palabra arriba del escenario para demostrar a los presentes en la ceremonia de pesaje de su combate que hay ganas de ambos lados de demostrarle al mundo que son verdaderos campeones mundiales profesionales.
Como era de esperarse, ninguno de los dos excampeones olímpicos y actuales monarcas en el pugilismo de paga tuvo problemas para marcar abajo del límite de peso.
Lomachenko (9-1, 7 ko’s), de 29 años pesó 129 libras y Rigondeaux (17-0, 11 ko’s), 128.44.
«Esta será una pelea de inteligencia arriba del ring», dijo Lomachenko, aún con señales evidentes de la deshidratación normal en día de pesaje. «Los dos somos peleadores con mucho conocimiento boxístico. Será una pelea cerebral y de mucha acción».
Quizá la diferencia en la báscula es poco representativa de su pasado reciente como profesionales. Rigondeaux jamás ha peleado arriba de las 122 libras en las que ya suma un título universal, mientras que Lomachenko es el campeón súper pluma de la Organización Mundial de Boxeo.
«El boxeo no se gana con peso y estatura», dijo Rigondeaux, de 37 años. «Se gana con muchas otras cosas y voy a demostrarlo. Se gana con habilidad, técnica y estilo. Se trata de pegar y que no te peguen».
Lomachenko reconoció que tiene las ventajas físicas, incluido estatura y peso natural.
«Voy a mostrar mi boxeo y lo mejor de mis habilidades», comentó. «Tengo que hacer una buena pelea para dar un gran espectáculo y hacerlo por mi familia y amigos. Sé que enfrente tendré un gran rival, estaré listo».
Rigondeaux menospreció la calidad del ucraniano.
«Sé que soy el mejor y voy a demostrarle que soy el mejor rival que ha tenido enfrente», afirmó. «No es la mejor pelea, ni el mejor rival de mi carrera. Yo he tenido muchas peleas grandes en el boxeo».
Lomachenko reconoció el tamaño del compromiso que tendrá este sábado en la primera pelea de la historia entre dos campeones olímpicos que se enfrentan por un título mundial profesional.
«Esta es una pelea muy importante para mí», dijo. «Muchos fans querían esta pelea y si es importante para ellos, es importante para mí. Será interesante».
Afuera, unos cuantos aficionados que tuvieron acceso al pesaje en el lobby del Madison Square Garden comenzaron su propia competencia con gritos y porras para ambos púgiles.
«Ya lo oyeron, gané el primer round», dijo el cubano Rigondeaux. «Muchas gente vino a apoyarme. Me siento como en casa».
