La observación en la soledad y quietud del proceso histórico Odebrecht-soborno. Rostros contraídos, perturbados de los acusados, los leía como seres materialistas en ignorancia de lo que es la verdadera autorrealización. Están sumidos, controlados por lo transitorio, lo material. Nada de la ley del desapego, verdadera paz, alejada de todo sentido de posesión y sin ego falso.
Llamar la ley del desapego es no tener deseos materiales, saber sin duda que todo le pertenece al no necesitar nada y declarar sencillamente no tener nada, es lo que yo llamo autorrealización. Lo tiene todo. Paz. Está en la verdadera vida, ausencia de lo innecesario de lo material, vive en armonía de la medida. Camino a la vida espiritual, liberación del cautiverio material.
Cuando se vive con el corazón en la búsqueda de la pureza se está en armonía con el orden social. No existen las perturbadoras dificultades. En la presencia del alma espiritual. Es el ejercicio de la justa razón y todo que hace es correcto. Así se piensa, actúa, transita entre los demás. Si por esto nos rechazan, perturbamos, si no nos quieren como deseo que nos quieran ¿Qué importa que no quieran? Los amos aunque estén en la amistad por la utilidad. Cada cual con su carga, la nuestra es ligera en la entrega de amar, servir, para esto estamos. Si soy el eterno soñador, actuamos bien soñando. Para ese Dios nos tiene entre los demás humanos en Cristo.
Hoy los dejo con Amado Nervo: «Si una espina me hiere me aparto de la espina, pero no la aborrezco».
Consérvese bueno.
El autor es Vicealmirante retirado de la Armada Dominicana