El Barcelona se gustó y ganó. No tuvo complicación alguna para imponerse en su estadio (4-0) a un atrevido Deportivo, quizá demasiado. Los de Cristóbal se presentaron con una defensa bien adelantada e intentaron armar algún contragolpe. Sin demasiado peligro. Entretanto, con espacios, a su gusto, con un magnífico Iniesta, de vuelta de una lesión muscular, y pese a la ausencia de Busquets, bien cubierto por Rakitic, el Barcelona se hacía con el balón y con el juego. Y un Messi omnipresente (y errático, hasta falló un penalti), que partió por la derecha pero se movió por todo el frente de ataque, dio vida a los de Valverde.
No acusó los cambios el equipo, apenas sufrió sin su centrocampista salvavidas, Busquets, en el banquillo con cuatro amarillas, resguardado, a cubierto, no fuera que una quinta le privara de visitar el Bernabéu el próximo día 23. No notó el Barcelona que Sergi Roberto no jugaba, otra vez, en su posición natural, ni que Iniesta empezó por la derecha; tampoco que un contratiempo obligara a Valverde a volver a replantear el dibujo: se lesionó Alcácer, con una lesión muscular que le tendrá unas tres semanas de baja, y Paulinho se acercó más a la portería.
Quién sabe si fue una suerte, pero el delantero brasileño marcó dos de los cuatro goles de los azulgrana, atento siempre a los balones sin dueño en el área. Los otros dos los marcó Suárez, que parece haber recuperado el olfato y el acierto. Los cuatro tantos que sumó el Barcelona parecen casi un milagro si uno cuenta los palos que firmó el equipo local: hasta en cinco ocasiones se tropezó el conjunto azulgrana con la madera de las porterías del Camp Nou. Además, hubo un disparo de Suárez segundos antes de que terminara el primer tiempo que no subió al marcador y debería haberlo hecho: el uruguayó se inventó una rabona a la izquierda de la portería, pero el árbitro consideró que no había pasado la línea de gol. Lo hizo. Aunque esta vez era mucho más difícil verlo, a diferencia de lo que pasó en el encuentro contra el Valencia.
VILLARREAL 1, CELTA 0
VIGO, España.- Un gol de Pablo Fornals en el primer tiempo, un excelente trabajo defensivo y las paradas de Sergio Asenjo permitieron al Villarreal reencontrarse con la victoria cuatro jornadas después, tras doblegar al Celta de Vigo, que se descuelga de la pelea por Europa al no aprovechar las ocasiones que tuvo en el segundo periodo para igualar el choque.
Con las líneas juntas y mucho orden, el Villarreal ahogó en la zona de creación al Celta, que acusó en exceso la ausencia de su goleador Iago Aspas. Unzué apostó por el canterano Brais Méndez para suplir al internacional español y a su equipo le faltó creatividad y desborde, lo que buscó en el segundo tiempo con la entrada de Emre Mor, cuando su rival ya mandaba en el marcador.
El choque cumplió el guión esperado. El Celta tuvo algo más el balón, aunque fue una posesión estéril, con demasiados pases horizontales, forzados por el perfecto planteamiento táctico del equipo de Javi Calleja.
Aun así, los celestes dispusieron de dos ocasiones para adelantarse antes de que el Villarreal se pusiera por delante. La primera con un libre directo de Wass -minuto 14- desde la frontal y la segunda, poco después, con un remate de Jozabed al que respondió un gran Sergio Asenjo.