Una goleada eficaz, iniciada por Antoine Griezmann, continuada por Víctor Machín, ‘Vitolo’, y culminada por Ángel Correa, mantuvo las distancias hacia arriba y hacia abajo de la clasificación del Atlético de Madrid, que doblegó al Celta con una victoria rutinaria y sin excesos, pero notable en su pegada.
El conjunto rojiblanco contó apenas cinco oportunidades en todo el encuentro, marcó tres y solventó un duelo que sólo discutió el Celta durante un momento del inicio del segundo tiempo, cuando ya perdía por 1-0 y justo antes de recibir el 2-0. El 1-0 lo anotó en el minuto 44 Griezmann. Luego asistió en el 2-0, en el 56, a Vitolo.
Desde esos goles, el Atlético solucionó una victoria necesaria.
Por la pelea por el liderato, si es que aún hay margen suficiente para dar caza al Barcelona, ocho puntos por encima, y por su firmeza en la segunda posición, con siete de ventaja sobre el Real Madrid.
Los equipos azulgrana y blanco habían ganado sus partidos el sábado.
La primera media hora del encuentro fue un tostón, entre la preocupación táctica del bloque celeste, que con el balón tocaba, tocaba y tocaba, sin más destino que el simple manejo de la pelota, y con las dificultades ofensivas del Atlético, recurrentes cuando tiene un adversario que le impide correr y, a la vez, contraatacar.
Entonces, siempre que el equipo rojiblanco propuso ataques, su adversario le aguardaba colocado. El resultado, unos cuantos centros sin remate, unos cuantos intentos sin profundidad, unas cuantas transiciones sin velocidad y apenas un par de ocasiones del Atlético, las dos a balón parado, de Griezmann y de Diego Godín.