La parte Este de la ciudad de La Romana está compuesta por “pequeños Estados” que no necesitan del gobierno central para resolver cualquier situación, debido a la holgada economía que ostentan los que habitan la zona.
Este lado rico de La Romana, específicamente donde están situados Casa de Campo, Altos de Chavón, Los Tamarindos y Barranca Este, políticos, empresarios y hacendados, poderosamente adinerados, comparten en sus villas, hoteles y yates, lo bueno de la vida.
En La Romana rica es notoria la circulación de vehículos de lujo: Ferrari, Porsche y Rolls Royce; y sus habitantes cuentan con tarjetas de crédito Platinium y restaurantes cinco estrellas.
Los campos de golf, de tenis, los espacios libres y los campos para jugar polo, todos deportes sofisticados, son comunes en el ala de La Romana rica, los que residen allí no caminan ni una esquina a pie, pues cuentan con empleados que lo transportan a todo lugar.
Otros más importantes y con mucho más dinero, no andan por tierra, sino que utilizan sus helicópteros personales para trasladarse de un lugar a otro.
La principal actividad económica de La Romana es la producción de azúcar, pero superior a esto está el turismo, ya que sus hermosas playas, hoteles, restaurantes, giftshop y lugares de diversión, mueven más dinero que cualquier otra cosa.
Los habitantes de estos lugares caminan y andan en bicicletas de forma segura por las calles, sin temor a que algún malhechor se les acerque y casi todas las calles cuentan con más de tres vehículos parqueados en sus marquesinas.
Los parques de Casa de Campo o El Tamarindo se encuentran muy equipados, donde los niños pueden acudir a recrearse, en compañía de sus “nanas” que deben velar porque nada malo les suceda. Las calles están totalmente asfaltadas y señalizadas.
Las escuelas tienen la calidad de cualquier otro centro de educación del mundo. Sus nombres hablan por sí solos; por ejemplo: Abraham Lincoln School.
A la salida de los colegios en La Romana rica, los estudiantes son escoltados por su seguridad personal, abordan carros súper lujosos y son llevados hasta sus casas, donde la trabajadora deberá tener listo su almuerzo o merienda.
La Romana rica cuenta con sus propias tiendas, a las que llaman “boutiques”, supermercados o “supermarket” y los vendedores ambulantes aparecen tanto como los extraterrestres en la tierra.
El lado de La Romana rica no cuenta con vigilancia de la Policía Nacional, sino que tiene su propia seguridad y para las autoridades penetrar sus zonas, tendrá que pedir permiso con antelación. Por esta razón, los crímenes y robos que ocurren, principalmente en la zona de Casa de Campo, no salen a relucir a la luz pública.
En esta zona rica de La Romana, valiéndose de que las autoridades pertinentes no pueden penetrar, los hijos de “papi y mami” aprovechan las calles para conducir sus vehículos de manera temeraria, poniendo en peligro la vida de las personas que residen en la zona.
Turistas nacionales y extranjeros han denunciado que los muchachos, hijos de empresarios y funcionarios, andan sin miramientos en las villas, situación que podría degenerar en una tragedia.
Las mascotas también son reyes en la parte de La Romana rica; cuentan con sus clínicas, salones y negocios que comercializa la comida para perros, gatos y aves. En cualquier animal de éstos se gasta un dineral cada mes.
La Romana rica cuenta con la Marina de Casa de Campo, ubicada en la desembocadura del río Chavón, en el mar Caribe; obra construida por el afamado arquitecto italiano Gianfranco Fini. Es un club privado de yates.
En Altos de Chavón, cuyo anfiteatro es una imitación a un pueblo mediterráneo español o italiano de casas construidas en piedra caliza, hay unas vistas fantásticas del río Chavón y se ha convertido en un refugio de muchos artistas internacionales.
Las últimas actuaciones en Altos de Chavón las han protagonizado los afamados artistas Carlos Santana y Andrea Bocelli.
El pequeño pueblo de Altos de Chavón cuenta con varios restaurantes, una iglesia donde célebres personajes han contraído matrimonio, incluso hasta Michael Jackson, boutiques de lujo, un museo Arqueológico Regional, con una gran colección de objetos taínos y una filial de la escuela de Diseño Parsons de Nueva York.