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La Romana pobre y la rica, tremendo contraste

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Lejos de las lujosas villas, los yates y los campos de golf de Casa de Campo, se encuentra la cadena de pobreza de los barrios marginados de La Romana, la principal ciudad en el Este de República Dominicana.
Los habitantes de los bateyes, los barrios George, Quisqueya, Río Salado, El Hoyo, El Bajo Mundo, Las Piedras, Chicago y Savica, se encuentran lejos de aquella opulencia, viviendo en la angustia, olvidados por las autoridades.

Se estima que el consumo por un día, de los huéspedes de Casa de Campo, equivale al gasto semanal de unas tres familias de los sectores empobrecidos de la región.

La Romana cuenta con el mayor emporio azucarero nacional, el Central Romana Corporación, y el complejo turístico Punta Cana, considerado el más lujoso de todo El Caribe, donde se alojan los millonarios más grandes del país.

De de aquellos atractivos y riquezas no pueden disfrutan los moradores de los barrios, pese a estar ubicados a escasos kilómetros de distancia; su marginal es una pared entre ellos y los adinerados.
Aprovechándose de las necesidades y la extrema pobreza en que viven los moradores de los barrios de La Romana, el narcotráfico los utiliza para la venta de estupefacientes incluso, niños de 9 y 10 años, con los que penetran hasta a las escuelas.

La pobreza, como la que viven los barrios marginados de La Romana, es una condición humana que afecta el disfrute de una vida plena. A pesar de los progresos logrados por la humanidad hasta el presente es muy alta la proporción de seres humanos sometidos a las privaciones y limitación de oportunidades que impone la pobreza

La población pobre de La Romana presenta bajos niveles de escolaridad, menor participación en el mercado de trabajo, bajos niveles salariales, de consumo y de acceso a los servicios de salud y de seguridad social, así como de satisfacción de las necesidades básicas.

Los empresarios y hacendados, poderosamente adinerados, con villas en Casa de Campo, hoteles y yates, ni siquiera miran al lado pobre. En La Romana hambrienta no circulan Ferrari, Porsche y Rolls Royce; tampoco conocen las tarjetas de crédito Platinium ni los restaurantes cinco estrellas.

Los habitantes de La Romana pobre caminan en calles polvorientas, y con temor a que algún malhechor acabe con sus vidas a cambio de nada. Y si acaso comen una vez al día. Las escuelas tienen calidad de enseñanza deficiente, carentes de todos los servicios básicos.

La Romana pobre no cuenta con tiendas, “boutiques”, supermercados ni “supermarket” y ni siquiera existe el comercio ambulante, porque la pobreza no lo permite.

El lado pobre de La Romana ni siquiera tiene vigilancia policial. Los turistas nacionales y extranjeros no se aceran a esa zona de pobreza. Allí no existen mascotas, sino perros realengos.

La Romana rica, villas, hoteles, yates y Ferrari

La parte Este de la ciudad de La Romana está compuesta por “pequeños Estados” que no necesitan del gobierno central para resolver cualquier situación, debido a la holgada economía que ostentan los que habitan la zona.

Este lado rico de La Romana, específicamente donde están situados Casa de Campo, Altos de Chavón, Los Tamarindos y Barranca Este, políticos, empresarios y hacendados, poderosamente adinerados, comparten en sus villas, hoteles y yates, lo bueno de la vida.

En La Romana rica es notoria la circulación de vehículos de lujo: Ferrari, Porsche y Rolls Royce; y sus habitantes cuentan con tarjetas de crédito Platinium y restaurantes cinco estrellas.

Los campos de Golf, de tenis, los espacios libres y los campos para jugar polo, todos deportes sofisticados, son comunes en el ala de La Romana rica, los que residen allí no caminan ni una esquina a pie, pues cuentan con empleados que lo transportan a todo lugar.

Otros más importantes y con mucho más dinero, no andan por tierra, sino que utilizan sus helicópteros personales para trasladarse de un lugar a otro.

La principal actividad económica de La Romana es la producción de azúcar, pero superior a esto está el turismo, ya que sus hermosas playas, hoteles, restaurantes, giftshop y lugares de diversión, mueven más dinero que cualquier otra cosa.

Los habitantes de estos lugares caminan y andan en bicicletas de forma segura por las calles, sin temor a que algún malhechor se les acerque y casi todas las casas cuentan con más de tres vehículos parqueados en sus marquesinas.

Los parques de Casa de Campo o El Tamarindo se encuentran muy equipados, donde los niños pueden acudir a recrearse, en compañía de sus “nanas” que deben velar porque nada malo les suceda. Las calles están totalmente asfaltadas y señalizadas.

Las escuelas tienen la calidad de cualquier otro centro de educación del mundo. Sus nombres hablan por sí solos; por ejemplo: Abraham Lincoln Scholl.

A la salida de los colegios en La Romana rica, los estudiantes son escoltados por su seguridad personal, abordan carros súper lujosos y son llevados hasta sus casas, donde la trabajadora deberá tener listo su almuerzo o merienda.

La Romana rica cuenta con sus propias tiendas, a las que llaman “boutiques”, supermercados o “supermarket” y los vendedores ambulantes aparecen tanto como los extraterrestres en la tierra.

El lado de La Romana rica no cuenta con vigilancia de la Policía Nacional, sino que tiene su propia seguridad y para las autoridades penetrar sus zonas, tendrá que pedir permiso con antelación. Por esta razón, los crímenes y robos que ocurren, principalmente en la zona de Casa de Campo, no salen a relucir a la luz pública.

En esta zona rica de La Romana, valiéndose de que las autoridades pertinentes no pueden penetrar, los hijos de “papi y mami” aprovechan las calles para conducir sus vehículos de manera temeraria, poniendo en peligro la vida de las personas que residen en la zona.

Turistas nacionales y extranjeros han denunciado que los muchachos, hijos de empresarios y funcionarios, andan sin miramientos en las villas, situación que podría degenerar en una tragedia.

Las mascotas también son reyes en la parte de La Romana rica; cuentan con sus clínicas, salones y negocios que comercializa la comida para perros, gatos y aves. En cualquier animal de éstos se gasta un dineral cada mes.

La Romana rica cuenta con la Marina de Casa de Campo, ubicada en la desembocadura del río Chavón, en el mar Caribe; obra construida por el afamado arquitecto italiano Gianfranco Fini. Es un club privado de yates.

En Altos de Chavón, cuyo anfiteatro es una imitación a un pueblo mediterráneo español o italiano de casas construidas en piedra caliza, hay unas vistas fantásticas del río Chavón y se ha convertido en un refugio de muchos artistas internacionales.

Las últimas actuaciones en Altos de Chavón las han protagonizado los afamados artistas Carlos Santana y Andrea Bocelli.

El pequeño pueblo de Altos de Chavón cuenta con varios restaurantes, una iglesia donde célebres personajes han contraído matrimonio, incluso hasta Michael Jackson, boutiques de lujo, un museo Arqueológico Regional, con una gran colección de objetos taínos y una filial de la escuela de Diseño Parsons de Nueva York.

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