Si nuestra atención girara más en el país, nos diéramos cuenta de que a ese acuerdo algo le falta. Un aspecto que no comparto y que cuestiono encarecidamente, es el hecho de no dar importancia a la situación económica internacional, a la crisis financiera mundial que desde mi punto de vista debió llamar la atención.
Y nos estamos refiriendo al hecho de añadir al acuerdo un transitorio que permita al país aprovechar las relaciones, experiencias y sabiduría de Leonel Fernández para hacer frente a un hecho que no tiene parangón en la historia económica de las naciones y, que, según los más connotados economistas respecto al daño, está muy por encima a los de la gran depresión de los años 20 y 30, porque no sabemos todavía si sus secuelas pudieran extenderse más allá del 2015. El transitorio permitiría la reelección en el 2012 para así impedir adversidades. El país no está para juegos, errar nos puede costar caro.
Sé que la idea podrá ser criticada por algunos que no estén concentrados en valorar positivamente el avance que lleva el país. De todas maneras el presidente ha salido airoso una vez más, se ha crecido como político al enviar un mensaje de desprendimiento, de atención a su pueblo, a la democracia Dominicana, aportando así un grano más de arena para su consolidación.
Definitivamente, tendremos que esperar que la asamblea concluya, que pasen los años que le faltan a este gobierno, en un país donde la Constitución y las leyes se han cambiado como por arte de magia sino, pregúntenles a los reformistas que en el 94 sacrificaron a Cristo y en el 2002, los perredeístas lo resucitaron.
