El hombre hace lo que sea para obtener dinero en vez de primero ser, luego hacer algo en felicidad, no actor del sistema de intereses económicos. ¿Cuál es el propósito de la vida? El humano es un alma espiritual. Los vedas dicen “Quien es un alma consciente de Dios a nada teme”.
Cuando dormimos el cuerpo está en la cama. Soñamos, esto nos dice el alma es nuestro verdadero yo. Completamente separada del cuerpo que está en la cama dormido, para materia ¿Es posible que el alma salga del cuerpo esta internado en una tumba?
Vemos corruptos como el político Marcos Craso y el senador Mario Prisco, en la antigua roma una madre llorosa expreso: yo los perdono y no le guardo rencor a los que asesinaron a mi hija Emily ¿Sera posible que un alma ve un perverso ladrón. El alma de una santa, haya transmigrado, según la teoría metempsicosis. Doctrina según una misma alma puede animar sucesivamente diferentes cuerpos.
Soy anciano, he cambiado de cuerpo. Si otro cuerpo. Soy un ser consciente. Estoy consciente de Dios.
No hemos olvidado este momento: nuestra abuela materna Anita, 112 años estaba enferma, dormida. Crecemos era el final de su larga travesía amorosa. Despierta y dice: estoy cansada anduve abriendo puertas, llegue a un lugar bello, un jardín precioso, varios ancianos conversaban. Allí estaba mama. Nos abrazábamos, reímos, conversábamos, yo no quería irme del lugar que tanto voy.
Denme agua. La besé y ella cariñosa sonrió. ¿Qué pensamos amable lector? León Tolstoi nos entrega su verdad. Así como en nuestra vida actual soñamos
Miles de sueños, a si también nuestra vida presente no es más que una entre mucho miles de vida, como está a la cual llegamos desde una existencia más real… y luego retornamos después de la muerte. Nuestras vidas no es más que uno de los sueños de esa existencia más verdadera; y así seguirá siendo perpetuamente, hasta que regresemos para siempre a la definitiva, la verdadera. La vía con Dios. Conde León Tolstoi.
Hoy me permito dejarlos con Mahatma Gandhi con vida y muerte: son muchas nuestras dolencias y muchos son los soñadores y sus remedios.
Si viéramos todas las enfermedades como una sola y a Dios como el único médico que puede curarlos, podríamos ahorrarnos muchos enojos y muchos disgustos.
Consérvese bueno
El autor es vicealmirante retirado de la Armada Dominicana