Cada año se suman 3,6 millones de personas obesas en América Latina y el Caribe, según el informe ‘Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional 2018’, publicado este miércoles por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
La desigualdad, desnutrición crónica y el hambre también van en alarmante aumento en la región. Los grupos más afectados son los de menores ingresos, las mujeres, los indígenas y afrodescendientes.
América Latina y el Caribe se alejan del cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre cero. Su número de personas subalimentadas aumentó por tercer año consecutivo: en 2017 alcanzó 39,3 millones, en gran medida debido a Sudamérica.
La malnutrición en la región toma muchas formas: uno de cada diez niños y niñas menores de cinco años presenta retraso en el crecimiento; uno de cada cuatro adultos es obeso; una de cada cinco mujeres en edad fértil padece de anemia.
Obesidad
19 millones de mujeres sufren inseguridad alimentaria severa, en comparación con 15 millones de los hombres. En todos los países de la región, la tasa de obesidad de las mujeres adultas es mayor a la de los hombres. En 19 países, la tasa de obesidad femenina es al menos 10 puntos porcentuales superior a la de los hombres.
«La obesidad se ha convertido en la mayor amenaza nutricional de América Latina y el Caribe. Casi uno de cada cuatro adultos es obeso. El sobrepeso afecta al 7,3 % (3,9 millones) de los niños y niñas menores de 5 años, una cifra que supera el promedio mundial de 5,6 %», indica el informe.
En América Latina y el Caribe viven 250 millones de personas con sobrepeso, el 60% de la población regional.
La obesidad en mayores de 18 años en Ecuador afecta al 19,9% de la población, según cifras del 2016. Ocupa el décimo tercer lugar de la lista de 33 países. Está por debajo de Bolivia, Colombia, Cuba, entre otros.
El informe resalta las iniciativas de diferentes países para reducir la ingesta de azúcar, sal y grasa. Menciona que Ecuador cuenta con un programa nacional de reducción de sal, que incluye acuerdos voluntarios con los productores de panes y de salchichas. «Además, en el 2013 se limitó la cantidad de grasas trans de los aceites comestibles, margarinas y productos de pastelería, tanto para los que se venden directamente al consumidor como para los utilizados como materia prima e insumos en las industrias de alimentos», detalla.
Hambre, desnutrición y retraso del crecimiento
El hambre afecta a 39,3 millones de personas (el 6,1% de la población regional). Haití es uno de los países con mayor número de personas subalimentadas en la región (5 millones, el 45,7% de su población), seguido por México (4,8 millones, 3,8% de su población) y Venezuela (3,7 millones, el 11,7 % de su población), aunque desde el 2014 se observa un incremento considerable de personas subalimentadas en Argentina, Bolivia y Venezuela.
En el informe menciona que en Ecuador el 42% de los niños y niñas indígenas vivía con desnutrición crónica en 2012, mientras el promedio nacional era del 25%.
“La desnutrición crónica tiene estrecha correlación con las desigualdades y la pobreza, pero también el sobrepeso está afectando de manera creciente a los niños y niñas más pobres. Éstos se enfrentan a condiciones de alta vulnerabilidad social y económica y sufren el acceso inequitativo a servicios de salud y a dietas saludables”, cita el informe a María Cristina Perceval, directora regional para UNICEF América Latina y el Caribe.
¿A qué se debe la desnutrición? El documento detalla que aunque el consumo de alimentos saludables se ha incrementado, las familias adquieren más productos con alto contenido en grasa, azúcar y sal debido a que tienen menor costo.