Un equipo de investigadores de Austria investigó la reacción de usuarios de las redes sociales ante un período de desconexión. Más de mil personas fueron invitadas a participar del estudio, pero solo el 15% asumió el reto de pasar un tiempo lejos de las redes sociales.
Estar ausente de las redes sociales aunque sea por cortos periodos conduce a síntomas clásicos de abstinencia, como el ansía de conectarse en línea al menos tres veces al día, aburrimiento y cambios de humor.
Así lo constató un equipo de investigadores de Austria, dirigidos por Stefan Stieger, que investigó la reacción de usuarios de las redes sociales ante un período de desconexión. Más de 150 participantes de entre 18 y 80 años, 70% de ellos mujeres, recibieron instrucciones de no usar Twiter, Facebook, Instagram o WhatsApp durante siete días.
Según Stieger, del Departamento de Psicología y Psicodinámica de la Universidad Karl Landsteiner of Health Sciences (KL Krems), casi el 60% de los sujetos «hizo trampa» y se conectó aproximadamente durante tres minutos, porque creían que no usar las plataformas significaría perderse algo importante.
El 17% recayó una vez, el 13% recayó dos veces y el 29%, más de dos veces. Los usuarios sintieron la presión de los compañeros para volver a las redes sociales, porque se espera que las personas interactúen con sus amigos en estos medios. «Lo que vimos fueron efectos similares a las adicciones clásicas», confirmó a SciDev.Net.
También enfatizó que los síntomas de abstinencia detectados en su estudio podrían ser más leves en comparación con el fenómeno real. Más de mil personas recibieron invitación a participar, pero solo aproximadamente el 30% se interesó. Al final, solamente un 15% asumió el reto de pasar un tiempo lejos de las redes sociales. (Puede leer:; Los ‘Z’, la generación que más consume redes sociales)
El «período fuera de línea» influyó sobre el buen o mal humor de los participantes. «Para las personas que tienen problemas con el uso de sus redes sociales, permanecer fuera de línea a menudo es algo positivo», señaló Stieger. Los resultados, publicados en la revista Cyberpsychology, Behavior and Social Network, abren un nuevo debate sobre si existe o no una epidemia de «adicción a las redes sociales».
“Si bien los hallazgos indican que los participantes tuvieron problemas cuando se retiraron de las redes sociales en línea, tomaría precauciones al calificarlos de adicción”, advirtió Yalda T. Uhls, PhD, Fundadora del Centro para Académicos y Cuentacuentos de la UCLA, y autora del libro Media Moms & Digital Dads (Mamás Mediáticas y Papás Digitales).
“El comportamiento adictivo generalmente implica un daño a uno mismo o a los demás, y no estoy segura de que el aburrimiento o la ansiedad cuenten como tales. Es interesante notar que los autores encontraron una disminución tanto en el afecto positivo como en el negativo, demostrando la complejidad de tratar de comprender cómo nos afectan estos medios”, señaló a SciDev.Net.
Sin embargo, a Catherice Price, consultora educacional y de salud y autora del libro «Cómo romper con su teléfono», no le sorprende que los investigadores observaran síntomas parecidos a la abstinencia entre las personas a las que les habían pedido que se abstuvieran de las redes sociales. (Lea también: Las cinco mejores ciudades para hacer ciencia)
“Al igual que las máquinas tragamonedas, las aplicaciones de redes sociales están diseñadas deliberadamente para estimular la liberación de dopamina, que es un químico cerebral que desempeña un papel clave en la formación de hábitos y adicciones”, dijo a SciDev.Net.