Nuestro amigo, compañero y compadre de sacramento, Emmanuel Tristán Esquea Guerrero, con el retiro de sus aspiraciones a la candidatura presidencial por el Partido Revolucionario Dominicano, ha dado muestra una vez más de que es un verdadero titán de nuestra política.
Momentáneamente, el doctor Esquea ha tomado la decisión de alejarse un poco de la montaña para poder observar su grandeza y dimensión.
Emmanuel Esquea, a todas luces fue traicionado, víctima de una celada por parte de quienes, en un momento lo motivaron aspirar, le brindaron su apoyo incondicional, pero luego se fueron a pactar con su rival. Ahora con más fuerza renovamos los votos de amistad que nos unen a su recia personalidad y reafirmamos nuestra relación de hermandad y adhesión con Emmanuel Esquea, este grandioso ser humano y gladiador que hemos conocido en las lides políticas.
Esquea es un referente ético de nuestra sociedad y una reserva moral del Partido Revolucionario Dominicano.
Podremos tener contradicción con su modo y forma de pensamiento, pero jamás dejar de reconocer su firmeza y recia vocación de apego a la institucionalidad y principios de su partido.
Emmanuel Esquea tomó la sagrada decisión de retirar sus aspiraciones a la presidencia del PRD para de esta manera no ser piedra de tropiezo de los acuerdos traperos, de aposentos y violentadores de las normas estatutarias de un partido que ha sentado precedentes y ha hecho históricos aporte a la democracia y las libertades públicas de la República Dominicana.
Estamos convencidos de que el Emmanuel Esquea que conocemos jamás se hubiese prestado, a espaldas de su partido, a firmar ningún acuerdo con un presidente que encabeza un gobierno “ilegítimo” como lo habían declarado el PRD y el propio Miguel Vargas, aquel 16 de mayo del 2008 a las 11 de la noche.
A partir de las experiencias ya vividas, habría que preguntarse sobre el tiempo que duraría la firma de lo pactado y hasta donde el mandatario respetaría lo acordado, ya que para el 2012, es mucha la brasa que hay que atizar.
Recordemos que el propio presidente Fernández a todos nos ha dado muestra de su manejo en la política, cuya práctica es parecidísima al del extinto Dr. Joaquín Balaguer.
Vargas Maldonado puede salir el mejor presidente de la historia del PRD y el mejor mandatario que tenga la República, pero lo que hizo fue violatorio a los cánones establecidos en su organización política.
La brillante actitud del doctor Emmanuel Esquea lo engrandece y agiganta. Su postura de apego a los principios, a la disciplina y a la institucionalidad lo enaltece y lo coloca en un pedestal de acero.
El Esquea que conocemos no es un hombre de fuego fatuo, es un perredeísta de tacto, con mucha sapiencia y súper cuidadoso al momento de ponderar cualquier situación o emitir juicios de valor, porque no es un ser acostumbrado a la impronta y a tomar decisiones a la ligera.
Caracterizado siempre por sus dotes de hombre ejemplar y sincero, por su intachable hoja de servicios y como todo buen marinero, Esquea será siempre el navegante de aguas turbulentas en los mares de nuestra política.
Esquea seguirá siendo el mismo hombre público, pulcro decente, coherente y transparente en su accionar.
Polémico y defensor de sus ideas. Cuando disiente lo hace con altura.
Asumimos hoy las palabras que ayer dijera su dilecto amigo y colega Emigdio Valenzuela: “Emmanuel no es un ángel. Ni tampoco un extratémpora. Como todo ser humano tiene las limitaciones, imperfecciones y debilidades propias de esa condición, pero con muchas personas como él, la República Dominicana sería un país mejor y más digno, porque como pocos, Esquea Guerrero es un hombre de honor”.
