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Lo que hay detrás de una parálisis facial

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Es una alteración que genera angustia e incertidumbre, pero que puede tener pronóstico favorable.

Parálisis facial

El 35 por ciento de los casos son leves y se recuperan antes de tres semanas, dicen los expertos.

Existe el temor popular de que la exposición repentina al frío paraliza la cara. Esto, en parte, es cierto. Aunque el frío no es la causa, sí puede ser un factor precipitante de lo que se conoce como parálisis facial periférica.

Hace apenas unos días, el Instituto Mexicano del Seguro Social (Imss) recomendaba evitar cambios bruscos de clima, atender las infecciones virales o padecimientos en los oídos y llevar una vida sana si se quiere prevenir esta alteración.

Aunque tienen un curso benigno, se sabe que el 35 por ciento de los casos son leves y se recuperan antes de tres semanas. Los moderados tardarán un poco más, y los más graves –según el Imms– pueden superar los 4 meses.

Para conocer un poco más de cerca este compromiso de los nervios que le dan el movimiento a la cara, vale la pena recordar los siguientes aspectos.

¿Qué es la parálisis facial periférica?

Es la pérdida del movimiento de la cara cuando se afecta el nervio facial, responsable de la movilidad de los músculos de la expresión. Tranquilícese: el estrés y la tensión pueden empeorar el problema. Cada lado de la cara tiene un nervio facial, y la parálisis generalmente compromete solo uno. Rara vez se presenta en ambos lados de la cara.

¿Qué la produce?

El nervio se puede lesionar por virus (principalmente herpes), trauma, tóxicos o por enfermedades como diabetes o sida. Los casos pueden aumentarse con factores como embarazo, baja en las defensas y enfermedades terminales. A pesar de lo dicho, en muchos casos no se encuentra la causa. Cuando esto ocurre, recibe el nombre de parálisis facial idiopática.

¿Y los síntomas?

El inicio es rápido. Se desarrolla en menos de cinco días. Antes de la parálisis, la persona puede sentir dolor detrás de la oreja y alteraciones en el sentido del gusto. Según la cantidad de fibras del nervio comprometidas, la parálisis puede ser parcial o completa.

¿Y la relación con los ojos?

El paciente no puede cerrar el ojo afectado y es incapaz de levantar y juntar las cejas, y arrugar la frente. No puede apretar los labios, tiene dificultad para soplar y reírse. Su boca se desvía hacia el lado sano y tiene dificultades para contener la saliva dentro de ella. Además, puede sentir dolor de oído. Los ruidos altos también le molestan.

Cuanto más pronto se atienda y revierta, más posibilidades habrá de una recuperación total.

Con lo antes descrito , es fácil diagnosticarla. Se comprueba por medio de un examen del nervio y de los músculos de la cara (electromiografía y neuroconducciones).

¿Qué hacer?

Aunque no es una enfermedad grave, es necesario acudir al médico. El objetivo es vigilar que no haya otras alteraciones serias que la produzcan.

¿Hay tratamiento?

Según la causa, el tratamiento médico puede incluir medicamentos antiinflamatorios como esteroides, antivirales y, si es necesario, tratamiento para diabetes y otras enfermedades que puedan producir la parálisis.

Se debe tapar el ojo, usar lágrimas artificiales e iniciar un programa dirigido de rehabilitación que incluya fisioterapia con relajación de los músculos del cuello y la cabeza, y reeducación de los músculos afectados.

¿Y el pronóstico?

El 80 por ciento de las personas se recuperan antes de dos meses. El sentido del gusto es lo primero que se restablece. Cuando la parálisis no es completa, tiene mejor pronóstico. El 20 por ciento restante puede quedar con algunas secuelas que ameritan tratamientos más especializados.

¿A quién pedirle ayuda?

Es ideal que sea tratado por un equipo del cual hagan parte un médico neurólogo, un médico fisiatra y personal de rehabilitación.

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