Como en el caso del Día de las Madres, del Amor, de los Padre, de los niños y niñas, el Medio Ambiente también tiene su día; sólo que estamos hablando de algo que si deja de funcionar, no podríamos contar con el resto de los días.
En el mundo entero se han despertado las conciencias en el batallar contra la contaminación ambiental, del agua, de los recursos naturales y la gran interrogante de cómo tratar los desechos.
Funciona como un círculo vicioso, donde la biodiversidad se ve afectada por el cambio climático; el ascenso del nivel del mar perturba a un número de especies; en tanto que los científicos advierten sobre el efecto invernadero y el calentamiento global origina cambios tales, visibles en la ocurrencia de las lluvias, la salinidad de los océanos, los vientos, el calor, los deshielos, sin dejar a un lado la intensidad de los ciclones tropicales que tanto afectan a estas naciones nuestras del Caribe.
En Argentina, análisis en las zonas de la cuenca media, demuestran que, de 12, 10 de ellas no son aptas para el consumo humano acorde a los valores permitidos por el Código Alimentario Argentino.
Pero, este es sólo un ejemplo, en la República Dominicana tampoco se garantiza agua segura para todos sus habitantes. También se multiplican las potenciales enfermedades asociadas al consumo de agua contaminada como las diarreas y gastroenteritis con diversos grados de severidad, cólera, hepatitis, giarditis y poliomielitis, entre otras.
La doctora Amparo Chantada refiere las inundaciones que registra el Lago Enriquillo, que vienen a desnudar una dura y triste realidad, como ya lo hicieron las tormentas Olga y Noel.
Aunque los especialistas hablan de algún incremento en la conciencia nacional, aún falta. Muchas personas concurren a los medios de comunicación para denunciar la preocupante situación de su entorno y la indiscriminada construcción de torres, en calles estrechas, sin áreas donde puedan jugar sus hijos, ni posibilidades apenas para que transiten vehículos.
El término empleado por uno de los participantes en un espacio televisivo quedó en el aire como una amenaza, “terrorismo urbano”.
La escasez de espacios verdes figura entre las necesidades del país. Imprescindibles resultan los proyectos de energía eólica, solar térmica, producción de módulos solares, etanol, y biodiesel, más que la indiscriminada edificación de grandes torres.
Salvar Los Haitises y cuidar este entorno que es la casa de todos: la nación, el planeta mismo. La República Dominicana necesita respetar sus recursos naturales y cumplir su compromiso de propiciar un desarrollo sustentable. Esto no puede ser acción de un día, ni de dos, o de muchos, sino de todos y cada uno de los días. Es un desafío, cuya principal responsabilidad recae sobre las autoridades, aunque cada quien está comprometido.