Nueva York.- Una nueva investigación revela que los virus de la gripe que afectan a las aves proliferan mejor a temperaturas más elevadas que las que poseen las vías respiratorias altas de los seres humanos.
"Este estudio ayuda a explicar dos cosas", dijo el doctor Raymond J. Pickles a Reuters Health.
Podría ser el motivo por el cual, para infectarse, las personas tienen que estar expuestas a grandes cantidades de los virus aviarios "y, segundo, por qué las personas infectadas no desarrollan los síntomas clásicos de la gripe estacional, como tos y estornudos, ni su transmisibilidad".
El equipo dirigido por Pickles, de la University of North Carolina en Chapel Hill, desarrolló un modelo de vía respiratoria humana para investigar la influencia de la temperatura sobre la replicación y la diseminación de los virus de la gripe humana y aviaria.
El virus de la influenza humana se replicó a la misma temperatura hallada en la profundidad de los pulmones (37 grados Celsius) y cerca de la nariz (32 grados Celsius).
En cambio, el crecimiento de los virus aviarios disminuía a medida que lo hacía la temperatura, explicó el equipo en la revista PLoS Pathogens. El daño celular que provocaron los virus de la gripe aviaria también disminuyó significativamente su velocidad a medida que bajaba la temperatura.
"La importancia real del estudio es que, dado que la ruta más frecuente de inoculación del virus de la influenza serían la nariz, la boca y los ojos, a esos virus aviarios les costaría más que a los virus humanos transmisibles iniciar una infección debido a las bajas temperaturas en esas áreas del cuerpo", explicó Pickles.
"Eso le garantiza tiempo adicional al sistema inmunológico del huésped para responder y cercar a la infección", agregó.