Un gobierno de transición en Venezuela tendría que incluir a chavistas y militares para lograr estabilidad política y garantizar unas elecciones presidenciales libres en el país petrolero, según un dirigente opositor de alto rango.
La posibilidad de abrir espacio a quienes abandonen el gobierno de Nicolás Maduro empezó a discutirse en el parlamento, que impulsa un proceso de transición tras haber declarado al mandatario ilegítimo por considerar que no se respetaron las garantías democráticas en las elecciones, en las que los principales dirigentes opositores no pudieron presentarse.
El Congreso respaldó la autoproclamación de Juan Guaidó como presidente interino. Estados Unidos, la Unión Europea y muchos países de Latinoamérica reconocieron al líder opositor.
El vicepresidente del Congreso opositor de Venezuela, Stalin González, dijo que la apertura a integrar al chavismo es tan necesaria como la presión popular y el apoyo internacional para que Maduro ceda el poder y haya una transición ordenada.
“Sí pensamos que el chavismo y los militares deben ser parte de ese gobierno de transición”, apuntó el diputado opositor, refiriéndose a los seguidores del fallecido presidente Hugo Chávez. “Hay que darle espacio al chavismo, que no es Maduro, porque tiene que haber estabilidad política”, agregó el parlamentario en una entrevista con Reuters.
Venezuela sufre una profunda crisis económica, con escasez de productos básicos y la falla de los servicios públicos, que ha empujado, según Naciones Unidas, a unos tres millones de venezolanos a emigrar.
La oposición ha ofrecido garantías y amnistía a los militares y funcionarios que desconozcan a Maduro, buscando superar la peor crisis política que sufre el país en décadas.
Aunque no precisó con qué sectores oficialistas planean tener acercamientos, González cree que hay que convencer a chavistas y militares de que “Maduro es un obstáculo para el futuro y desarrollo del país y también para que el chavismo como fuerza política permanezca en el tiempo”.
En una transición, Guaidó tendrá 13 meses para celebrar elecciones libres, aunque González dijo que buscarían que se convoquen antes de ese plazo.
González aseguró que “todas las decisiones” las están tomando en consenso la directiva del Congreso y los jefes de los cuatro grandes partidos y otros aliados. Y que llegada la hora, la coalición acordó a lo interno hacer primarias a fin de elegir un candidato único para presentarse a las elecciones.
FISCALÍA INVESTIGA
Desde el gobierno, el fiscal general, Tarek Saab, anunció investigaciones a 15 funcionarios nombrados por la oposición para las juntas de la petrolera estatal PDVSA y sus filiales en Estados Unidos, así como a embajadores designados por Guaidó, por ser parte de una usurpación de potestades.
Horas después, el Tribunal Supremo de Justicia -proclive al gobierno- dijo que prohibió la salida del país, congeló las cuentas de esos ejecutivos y que pedirá a la sala de casación penal que inicie los trámites para trasladarlos a Venezuela.
En la víspera, el Congreso nombró nuevas administraciones para PDVSA y sus subsidiarias para ganar acceso a los activos petroleros en medio de la pugna política.
Maduro ha rechazado las acciones de la oposición y denuncia que forman parte de una estrategia de Estados Unidos para derrocarlo y tomar control de la riqueza petrolera venezolana.
El presidente chavista mantiene el respaldo de potencias como China y Rusia, aunque el jueves el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov, recordó que Caracas debe cumplir con las obligaciones de deuda con Moscú.
También Cuba denunció el jueves lo que denominó una escalada de las presiones de Estados Unidos para preparar una acción militar contra Venezuela y manifestó su “invariable” solidaridad con Maduro.
“Es una mentira nueva”, dijo a periodistas en Washington el enviado especial del gobierno de Estados Unidos para Venezuela, Elliott Abrams.
“MILES DE VENTANAS”
En una sesión especial de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en Washington, el enviado de la oposición venezolana acusó al gobierno de Maduro de bloquear la ayuda humanitaria al país e instó a la comunidad internacional a que ayude a abrir “miles de ventanas” para permitir la asistencia.
En el centro del debate está “la razón de nuestra lucha que no es otra que parar el dolor y el sufrimiento del pueblo”, dijo Carlos Vecchio, representante de Guaidó en Washington.
Vecchio aseguró que han logrado recaudar más de 100 millones de dólares de distintos países para ayuda humanitaria, algunos en desembolsos ya anunciados y otros más recientes.
“La ayuda humanitaria que mas precisa Venezuela es un cambio de régimen. Es la salida de la dictadura usurpadora”, dijo en la conferencia el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
En Curazao, el primer ministro Eugene Rhuggenaath informó que el centro de acopio que manejan en la isla tiene comida y medicinas provenientes de Holanda y Estados Unidos.
Maduro dice que la ayuda es un show orquestado por Estados Unidos y niega que haya una crisis, pese a la aguda escasez de alimentos y medicinas en medio de una hiperinflación.
Un convoy de ayuda de Estados Unidos y Colombia llegó la semana pasada a la ciudad fronteriza colombiana de Cúcuta y Guaidó prometió esta semana que “sí o si” la ayuda entrará a Venezuela el 23 de febrero.
“En Venezuela sólo hay un gobierno, el del presidente Maduro, por lo que nadie puede dar fechas límite, especialmente este hombre (…). Diga lo que diga, es absolutamente absurdo”, dijo a la prensa en Naciones Unidas el canciller de Venezuela, Jorge Arreaza, en respuesta a Guaidó.
El funcionario -flanqueado por 14 representantes ante Naciones Unidas, entre ellos Corea del Norte, Siria, Irán, Rusia y China- anunció que buscaría la acción de la ONU para defender el respeto a la soberanía y abstenerse de la amenaza del uso de fuerza, aunque no dio detalles de las medidas a tomar.
Estados Unidos ha dicho que canalizaría la ayuda a través de Colombia y posiblemente de Brasil.
El enviado Abrams reiteró que cualquier solución a la crisis del país sudamericano pasa por la “salida definitiva” de Maduro.