LOS ANGELES.- Cuando Kobe Bryant dio la bienvenida a la liga al entonces novato de 18 años Dwight Howard no fue con un saludo de manos; no fue para nada de una manera amistosa.
En su primer juego contra Howard, Bryant atacó el aro y realizó una feroz clavada de balón que aún persigue al centro de Orlando cinco años después.
"No me lo recuerden", dijo Howard, cubriendo sus ojos en broma. "Me bautizó, me trajo a la NBA y de regreso a la realidad con una jugada", señaló.
La noche del jueves, Bryant bautizó nuevamente a Howard; en esta ocasión en una serie de campeonato de la NBA.
Luciendo mucho más que Howard, Bryant anotó 40 puntos -su mayor cifra en un juego de serie final de la liga- y los Lakers aplastaron por 100-75 en el primer juego al Magic, cuyos jugadores miraron el video del partido en su hotel antes de dirigirse el viernes al Staples Center para realizar una práctica.
Orlando, de regreso a una serie de campeonato por primera vez desde 1995, estuvo muy lejos de su mejor forma.
Bryant anotó casi a voluntad, acentuando cada canasta extendiendo su maxilar inferior para mostrar los dientes, con aire amenazador de la intensidad del auto proclamado "Mamba negra". El Magic se daño a sí mismo al encestar sólo 30% de sus disparos y fallar tiros abiertos, además de que Howard no fue un factor ofensivo ya que anotó únicamente 12 unidades y acertó sólo un tiro de campo, un gancho en los dos primeros minutos del juego.
Howard comprende que él y sus compañeros deben hacer mucho más en el segundo juego, a realizarse la noche del domingo .