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Un metálico en la casa

LA VOZ DE LOS QUE NO LA TIENEN ||
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Ustedes recuerdan las acciones heroicas de Ángeles Guardianes en los Estados Unidos, quienes cuidaban a los ciudadanos en los estaciones de los trenes para que no fueran asaltados ni maltratados por los delincuentes.

La ciudad de Los Ángeles tiene una historia llena de heroísmo de los jóvenes Ángeles Guardianes, una organización social, bien alejada del fanatismo religioso, racial o político.

En el mismo corazón de la ciudad de Los Ángeles aparecieron las pandillas juveniles que desde las escuelas, los centros deportivos y las vecindades dominaban territorios.

Sus jefes, particularmente los hispanos, mexicanos, salvadoreños y centroamericanos impusieron un código de honor, terror y muertes donde cada pandilla luchaba por el control de su zona.

Un estudio del Departamento de Justicia de los Estados Unidos de Norteamérica en 2002, determinó que en el territorio existían 21,500 pandillas juveniles integradas por 731 mil miembros en edades de 15-24 años de edad. Según ese estudio, la población hispana “es la más propensa a formar pandillas”.

Los expertos establecen que los hispanos son el 17.6 por ciento de la población joven norteamericana y que hay 358, 190 miembros de pandillas de raza hispana.

Las maras salvadoreñas que tienen conexiones en otros países son potencialmente violentas y criminales. Las pandillas en los Estados Unidos o cualquier nación se nutren de niños en edades de 13, 14, 15, 16 hasta 25 años de las escuelas, las universidades, centros deportivos y donde se concentren jóvenes. Los pandilleros provienen de hogares destruidos o donde no existe comunicación padre o madre e hijo.

También provienen de sectores pobres que ven en las pandillas un hogar conde pueden comunicarse, divertirse, tener dinero (con la venta de drogas y otras actividades ilícitas; tener relaciones sexuales libres y vivir un mundo de emociones (fiestas, consumo de drogas y una libertad sin límite) que no tenía en el hogar.

Las pandillas ofrecen una vida de grandes mitos y protección, con base a un código secreto de lealtad.

Falsamente, algunos padres entienden que basta con darles a sus hijos todo lo que piden, y todo está resuelto. Este es el primer error, porque al tenerlo todo, el joven no se cuida de nada y al no existir la comunicación que necesita en el hogar, la busca fuera entre amigos que pasan a ser los orientadores.

Este es el momento aprovechado por las pandillas para reclutar esos jóvenes, que de una vez pasan a formar parte de ellas y su mundo es otro. Existen casos de jóvenes que tienen un comportamiento ejemplar en la casa, y en el submundo de las pandillas otro.

Los padres se dan cuenta de que algún hijo o hija pertenece a una pandilla, cuando es tarde o llega ese momento de angustia, dolor y lágrimas, al enterarse que está preso o fue asesinado.

La llave es comunicarse bien con sus hijos, saber quiénes son sus amigos, qué hacen y compartir con ellos de sus actividades. Para esto no se necesita invertir, sino crecer y avanzar con sus hijos y es en la educación, la orientación y la participación donde está la clave de forjar un joven sano alejado de las pandillas, el consumo y el tráfico de drogas.

Actualmente, la República Dominicana tiene un fenómeno que no se conocía: las naciones o pandillas. Estas naciones tienen un segmento extremadamente peligroso. Son los llamados metálicos que usan collares de diferentes colores, pulseras, una cadena que sobresale por la vestimenta, se perforan los labios, las orejas, se dejan crecer el cabello, se reúnen en parques y gustan de celebrar sus encuentros cerca de los ríos o el mar donde invocan a Satán.

Su música es contagiosa y la letra promueve los valores del metálico. Libros como el anti-cristo, los números 6 y 7 sirven para el adoctrinamiento. Igualmente, libros filosóficos de metafísica y de Niech.

Hay que tener cuidado, porque sin usted saberlo puede tener un metálico en su hogar. Llegue a tiempo, fíjese como se viste su hijo o hija, busque ayuda de un sicólogo o trabajador social.

La jefatura de la Policía Nacional tiene la dirección de jóvenes en conflictos con ley o anti-pandillas.

Esta dependencia es comandada por el general Víctor Leonardo Burgos, un hombre caballeroso, de una firme formación religiosa, policial y trabajan por el bienestar de la juventud. No tema acudir donde el general Burgos, es el mejor amigo de los padres y los jóvenes. Es fácil localizarlo en la avenida San Martín, cerca de Impuestos Internos y a una esquina de la Tiradentes.

Visítelo hoy si tiene un metálico o pandillero en su hogar, porque si es indiferente, mañana podrá verlo en una cárcel, en el cementerio, víctima de una ofrenda satánica o muerto en un atraco.

El salmo 22.6 dice “instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se aparte de él”.

Toma la decisión ahora y a tiempo.

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